Bad Gyal desata en Vigo la mayor fiesta de la música urbana ante un Castrelos abarrotado

Bad Gyal, la reina de la música urbana, en Castrelos // FOTOS: ADRIÁN IRAGO

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En su primera intervención con su legión de fans, Bad Gyal se mostró cercana. "¿Cómo está mi gente de Vigo?". La catalana mostraba su declaración de intenciones casi desde el principio. Totalmente clara con sus seguidoras y seguidores. "Para mi los conciertos son una fiesta". Y así fue. Cerca de las 22:15 horas, las decenas de miles de personas que abarrotaron Castrelos en una de las noches -65.000 según Caballero, aunque realmente esa cifra real es una quimera- de más afluencia de este verano. Los asistentes, la mayoría de ellos jóvenes, ya habían llenado las gradas del anfiteatro por la tarde, bastantes horas antes de que se empezara a perrear a tope pasadas las 22:00 horas.

El público tenía ganas de disfrutar en directo del espectáculo de la diva de la música urbana. Las primeras filas de la platea, la única zona de pago de Castrelos y para la que se agotaron las 5.000 entradas disponibles, representaban a la perfección esa pasión y ese fervor por Bad Gyal. Gritos de "Alba" -el nombre real de la artista- se sucedían con escenas más animosas en las gradas del anfiteatro, donde se hacía la ola para amenizar la espera al inicio de un recital que arrancó sobre las 22:15 horas. Precisamente, en ese momento, se apagan los focos. El teloneo perfecto de que todo está a punto de arrancar. Llegaba el momento que las miles de personas que reventaban Castrelos habían aguardado durante horas, algunos incluso días o meses. Las letras "BG" copaban la pantalla. Los ritmos urbanos inundaban el auditorio vigués ante el baile de seis bailarines. Detrás, aparecía ella. La diva. La reina actual de la música urbana hacía presencia para subirse a una plataforma y, desde lo más alto, poner a Castrelos a perrear y cantar.

Bad Gyal ha convertido esta noche Castrelos en ese palacio donde ha mostrado al mundo su corona de reina de la música urbana. Espectáculo, puesta en escena y una simbiosis prácticamente perfecta con su público, su gente. La catalana ha dejado huella en la ciudad olívica, un lugar diferente a otros escenarios más míticos como las actuaciones que ha brindado en Primavera Sound. Vigo ha demostrado hoy muchas cosas. Primero, la apuesta por un estilo que hace nada no tenia cabida en la programación del Vigo en Festas. Hace un año, "Hijos de la Ruina" demostró que los más jóvenes también tienen derecho a disfrutar de la catedral de la música en directo de la urbe gallega. Un año después, Bad Gyal ha combinado el empoderamiento femenino con ese estilo que, además, ratifica el poder y la magia que atesora la música.

La música es mucho más que ejecutar bien una composición. La música, como arte que es, son estímulos, sentimientos. Ese algo abstracto que se genera cuando uno está inmerso en un directo de Alejandro Sanz, David Bisbal y también Bad Gyal. Esta noche, no todos eran fans de la artista catalana. Esa es la magia de Castrelos, un lugar al que, por inercia, hay personas que se acercan en verano simplemente para disfrutar de un concierto. "Me siento mayor", era alguna de las frases ante la pasión y la entrega del público joven con un estilo que, de momento, ha conquistado sobre todo a esa generación. Son estilos nuevos, una forma diferente de hacer y disfrutar de la música en directo. Pero, al final, es lo mismo. Vibrar con el arte de la música.

Bad Gyal cerró su presencia en Vigo con dos de sus grandes éxitos. "Alocao" se convertía en el tema perfecto para poner el colofón a una noche plagada de baile y humo. Todo un vendaval de estímulos que harían que la temperatura se disparase de forma definitiva con "Fiebre", una de las canciones con las que la catalana ha consolidado su trayectoria musical. Los gritos y la entrega fueron una constante durante los algo más de 90 minutos que duró un espectáculo que ya queda grabado en la memoria colectiva de Castrelos, que ha sucumbido a la diva por excelencia del género.

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FOTOS: ADRIÁN IRAGO

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