Las excavaciones y estudios arqueológicos llevados a cabo en los últimos meses en el convento pontevedrés de Santa Clara han sacado a la luz unas 8.000 piezas de cerámica, monedas, hierro y otros materiales que permiten hacer una primera reconstrucción de cómo era la vida en el convento, incluso dando a conocer algunas curiosidades como que las monjas consumían chocolate en el siglo XVI.
El director de los trabajos, Rafael Rodríguez, ha explicado que, entre la cerámica encontrada en los 780 metros cuadrados excavados, hay muchas 'xícaras', tazas específicas para tomar chocolate, datadas de hace 500 años.
El arqueólogo jefe también ha añadido que hay evidencias de que eran muchas las familias con "posibles" que enviaban al convento a sus hijas porque estaba "en auge", ya que hay muestras de la existencia de buena cantidad de elementos cerámicos como los que se comprarían en una casa con alto poder adquisitivo.
Precisamente es la cerámica el elemento que más documentación está revelando sobre la vida de las monjas en el convento. Se encontraron millares de pequeñas piezas en muy buen estado de conservación que van desde el siglo XIII hasta la actualidad, y de muy diferentes orígenes: chinas, andaluzas, inglesas o italianas, entre otros.
Todo esto, a falta de análisis antropológicos pendientes, supone una gran base para conocer la alimentación de las clarisas, la economía y el pujante comercio en la zona.
Otro dato que han destacado los arqueólogos son que los orígenes tan diferentes de la cerámica muestran que el comercio en Pontevedra en aquel tiempo era importante, ya que, muy probablemente, algunos útiles llegaban de Oriente a través de galeones por la ruta de la Seda hasta Sevilla y desde la ciudad andaluza subían hasta Galicia.
Visita guiada
Todas estas cuestiones fueron explicadas este viernes en una visita a la que se invitó a los medios de comunicación y en la que participaron el vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, César Mosquera, el director del Museo, Xosé Manuel Rey, la directora de gestión, Sonia Mateos, el director de la excavación, Rafael Rodríguez, la restauradora Aldara Rico, la antropóloga Clara Veiga y el arqueólogo técnico Eduardo Velázquez.
César Mosquera se ha mostrado muy satisfecho por el exhaustivo trabajo que se está realizando y el director del Museo ha incidido en que todavía queda aún mucho por avanzar en el conocimiento de Santa Clara, recordando que no se hizo ningún tipo de intervención ni de excavación en las dependencias de la iglesia. Los trabajos también están permitiendo identificar las fases en las que se fueron levantando, con una gran complejidad, los edificios del convento desde el siglo XIII hasta la actualidad. Según ha comentado Rafael Rodríguez, el convento fue un espacio "dinámico, de mucho movimiento, y vivo", al que llegaban materiales de muchos puntos del mundo y en el que se hacían muchas obras, aunque no todas se finalizaban.