El Pazo da Oliva abrirá al público para que vigueses y viguesas puedan conocer el interior del histórico edificio que otrora fue propiedad del Marqués de Valladares y que en la actualidad se transformará en centro de convenciones, eventos y alta cocina de la mano del chef estrella Michelin Pepe Solla.
El histórico edificio, recientemente rehabilitado, ofrecerá la posibilidad de disfrutar de visitas guiadas gratuitas que profundicen en la historia del Pazo. “A través de un recorrido de la mano de un guía podréis conocer el origen y la historia del Palacio desde el año 1156 y su relación con los caballeros templaros”, explican. De hecho, el escudo del edificio recoge el texto “Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici”, es decir, hace referencia a la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo del Rey Salomón, la orden monástica militar católicas más famosa y una de las más poderosas de la Edad Media.
Más allá de conocer su vínculo templario, las visitas también permitirán conocer la historia de las familias que habitaron el Pazo y su relación con el Marqués de Valladares, así como las reformas que se sucedieron a lo largo del tiempo. Estos recorridos se realizarán una vez se inaugure oficialmente el edificio, prevista inicialmente para noviembre. Se programarán en horario de mañana de lunes a jueves entre las 11:00 y las 13:00 horas.
El edificio promete erigirse como un centro cultural y de ocio con múltiples salas en las que se ofrecerá una programación “variada y heterogénea que satisfaga las expectativas de todos los públicos” mientras que en el apartado gastronómico contará con tres espacios bajo la dirección de Pepe Solla: el restaurante El Olivo, el Templario Lounge Bar de carácter más informal y desenfadado, y la coctelería el Monkey Bar.
La rehabilitación, firmada por el estudio Villacé y Cominges, fue llevada a cabo por el grupo vigués Interatlantic, a través de su brazo Getting Back Stones (GBS). Se ha actuado en una superficie construida de 4.700 metros cuadrados que cuenta con un aforo cercano a las 1.000 personas. El edificio se distribuye en cuatro sótanos -donde se encuentran un garaje con unas 40 plazas- y cinco plantas, una de ellas una entreplanta, además de un gran jardín concebido como un balcón a la Ría de Vigo bajo el diseño del estudio de paisajismo vigués ARomero.
Además, destacan sus tres grande salones, donde se podrán realizar eventos, desde bodas a encuentros sociales, culturales o financieros. El pazo cuenta también con una icónica escalera curva de 30 toneladas y una sala con enormes pantallas concebida como espacio de conciertos o teatro.