Furor y carreras para conseguir el mejor sitio en el concierto de Aitana en Castrelos

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Acaban de dar las 20:00 horas, el personal de seguridad ya se prepara y la valla -cómo resiste tanta emoción un pedazo de metal- se abre poco a poco: empieza la carrera. Como en una secuencia de cine, un grupo de personas corre épicamente hasta los primeros puestos frente al escenario en el que va a actuar Aitana. Probablemente, porque lo que esperan es un concierto de película.

Tras pasar una larga noche -más larga todavía para quienes no pudieron pegar ojo de los nervios- de acampada en Castrelos, los y las fans de Aitana todavía tenían fuerzas para dar saltos de alegría, gritos de emoción y seguir cantando sus temazos. No es raro, acaban de acceder al punto más cercano de su artista favorita. Aitana no actuará hasta las 22:00 horas, pero la platea del auditorio al aire libre de Vigo ya vibra.



Esa energía es contagiosa. Algo más lejos, en las gradas, desde donde se podrá disfrutar del directo de forma gratuita también se percibe la emoción. Hay personas que no pudieron hacerse con una entrada pero que no por eso iban a renunciar a una buena ubicación. Seguidores y seguidoras llevan en esta zona de Castrelos también desde un día antes, una minoría incluso disfrutó del concierto de Luz Casal de paso.

Todavía más lejos -Castrelos está hasta los topes-, la espera para el concierto se vive de otra manera. Hay quienes se han acercado un poco antes con un picnic, conscientes de que si no ven a la artista por lo menos disfrutarán de sus canciones. Juegos de cartas, conversaciones entre amigos y amigas y esa calma del verano son la tónica "extra muros".

"¿Y qué si no estamos en primera fila?", pensarán, todo el mundo ha venido aquí a lo mismo, a disfrutar de la música.



 

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