El Náutico mantiene su apuesta de dar dos conciertos secretos diarios hasta final de mes

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El Náutico de O Grove mantiene su apuesta de programar dos conciertos diarios. Lo hizo desde principio de mes y así seguirá siendo hasta finales de agosto, una doble sesión que permitirá a los clientes del establecimiento disfrutar de un concierto a las 13:30 y otro a las 20:00 horas.

El local señala que se continuará con la línea que se viene manteniendo este verano, que en la mayoría de los casos no se anuncia qué o quiénes se suben al escenario. Las entradas para estos conciertos se ponen a la venta con tan solo la fecha y la hora. "Y aún así estamos agotando la mayoría”, comenta De la Cierva, quien añade que “es un patrón que ha venido para quedarse”.

Una de las novedades de la propuesta veraniega de El Náutico de O Grove la marca el impacto de la crisis del coronavirus, que impone que el aforo de este año se reduzca al 25% por las normas de seguridad sanitaria. Además de esta norma, el establecimiento también mantiene a todo el público está sentado, con distancia de seguridad entre las mesas y con la obligatoriedad de tener puesta la mascarilla en todo momento.

El Náutico se ha convertido este año más que nunca en el refugio de los músicos. “Este verano no hay festivales, no hay giras, apenas hay en conciertos en las salas. El Náutico es un auténtico oasis para la música y para los músicos, además de un nicho de trabajo en estos tiempos tan difíciles”, comenta su propietario.

Y la mejor prueba de ello fue lo acontecido el pasado fin de semana durante la celebración del Laboratorio N. Durante dos días toda la música que sonó en el local, desde la apertura hasta el cierre, fue en directo. “Eso también es algo que solo ocurre en El Náutico. Sería impensable y seguramente imposible en cualquier otro local”, refrenda Miguel de la Cierva.

Residencia de artistas

Además de la programación de conciertos para este verano, El Náutico ha impulsado este año otro proyecto emprendedor: una residencia de artistas. También en San Vicente, el propietario del Náutico ha rehabilitado una casa de aldea rodeada de una impresionante arboleda y jardín, que ya ha empezado a ser utilizada por algunos de los músicos que este año han actuado en el local de A Barrosa. “La idea es que el lugar se convierta en un punto de encuentro y de convivencia para los músicos, un lugar y un espacio en el que puedan surgir y desarrollarse todo tipo de iniciativas creativas”, explica su promotor. Para ello cuenta con diversas salas, habitaciones y estancias –tanto interiores como exteriores- que se complementan con el escenario y el estudio de grabación con el que cuentan las instalaciones de El Náutico.

Se trata, en palabras de Miguel de la Cierva, “de propiciar el desarrollo de iniciativas culturales que posibiliten desestacionalizar la oferta del Náutico y, por extensión, del conjunto de O Grove.

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