El partido de tenis continúa. El Celta ha devuelto la bola que lanzó este mediodía Abel Caballero, cuando el regidor vigués aseguraba que las deficiencias en los asientos de Río Bajo se reducían a 368 butacas. El club ha sacado de nuevo el metro para realizar mediaciones en la "grada de la discordia". La entidad no analizó todos los espacios. Así lo asegura en el comunicado que publicó esta tarde en sus redes sociales. "El club realizó mediciones en 1.771 asientos y, a falta de medir el resto, la media de separación entre las filas es de 18,69 centímetros, notoriamente insuficiente para garantizar la comodidad exigible", asegura el Celta, que informa que el valor más alto hallado es de 24 centímetros mientras que el más bajo es de 12,60.
La entidad que preside Carlos Mouriño replica a Caballero sobre la ausencia de quejas en Río Alto argumentando que esta grada posee "una altura de asientos 15 centímetros superior a Río Bajo, por lo que las rodillas evitan el contacto con el respaldo delantero". El Celta asegura que en la grada de Río Bajo "no se ha encontrado ningún valor superior al límite mínimo recomendado por FIFA". El club de fútbol detalla que la única grada que cumple con los estándares de comodidad en los asientos fue la Tribuna Baja, grada remodelada por el Celta y "realizada en tiempo y forma".
El Celta responde con este nuevo comunicado a las palabras del regidor vigués. La entidad incluso realiza una enumeración de los defectos que posee la reforma de Balaídos, tales como "la inexistencia de ascensores, la ausencia de un tejado que protegiese del sol y de la lluvia, la insuficiente distancia de asientos en las gradas, los baños, las inundaciones de los vestuarios o el incumplimiento de los plazos". La entidad que preside Carlos Mouriño asegura que el club buscaba con su disconformidad de forma público "un estadio a la altura de la ciudad y de la afición" y recuerda que "propuso distintas fórmulas que fueron desechadas de forma sistemática".
La pelota regresa ahora al campo del Concello de Vigo. Abel Caballero siempre ha rechazado un ataque frontal con la directiva del Celta. Sin embargo, el concelleiro de Fomento, Javier Pardo, ha sido el encargado de firmar los comunicados (el último, el pasado miércoles) sobre la reforma de un estadio cuya polémica se centra ahora en los asientos de la reformada grada de Río Bajo. ¿Estarán afectadas solo 368 butacas? ¿Quién miente? El 10 de agosto, en el amistoso frente a la Lazio, el celtismo saldrá de dudas.