"CHA-PU-ZA". Así de tajante enunciaba el Celta en sus redes sociales un comunicado en el que muestra su desaprobación con el proyecto del Concello de reforma de la grada de Marcador. En Twitter, la entidad celeste abrió un hilo enumerando las críticas y lanzando la pregunta sobre si es tan difícil "hacer una reforma seria y moderna, acorde al siglo XXI y a las necesidades que merecen el club, el equipo, el celtismo y la ciudad", un tuit que está acompañado de las reformas de otros estados como San Mamés, Anoeta, El Sadar o el Benito Villamarín.
El club que preside Carlos Mouriño afirma que "ha podido constatar la existencia de numerosas deficiencias que causarán innumerables problemas e incomodidades a los aficionados". En primer lugar, apunta que tal y como se ha diseñado la cubierta no habrá protección para la lluvia, que afectará prácticamente a la totalidad de la grada. Esto en un estadio ‘nuevo’ resulta absolutamente intolerable.
También denuncian que la solución adoptada para la unión entre los graderíos de Tribuna y Río con Marcador supone diversos problemas para numerosos aficionados, además de una propuesta estética nefasta. Habrá abonados y aficionados de Río Bajo que tendrán en frente la grada de Marcador en lugar del terreno de juego, es decir, deberán girarse por completo para poder seguir el partido.
La entidad celeste también manifiesta su desaprobación por las gradas del estadio, que señala que serán completamente diferentes y asimétricas, con distinta estructura y altura. "El engarce de los graderíos se ha realizado sin un mínimo de criterio estético y resulta simplemente horroroso". La comunicación prometida entre las gradas para facilitar movilidad, accesos y evacuación se ha minimizado con una solución totalmente insuficiente.
El club vigués considera que la reforma debe completarse con el acercamiento de la grada a cuatro metros del terreno de juego, tal como ha hecho el Celta en la reforma de Tribuna Baja, el único graderío nuevo, "construido por el club y el único que colma las exigencias de comodidad y funcionalidad para abonados y aficionados".
El Celta destaca que "un asunto especialmente hiriente" para su masa social es el de los plazos de ejecución de la grada, modificados sin explicaciones en diversas ocasiones y que "acumulan un notable retraso que en la práctica ha ocasionado ya perjuicios a abonados, aficionados y al club". En este sentido, recuerdan que la campaña de abonados de la presente temporada, sin altas en Marcador, con listas de espera e imposibilidad de elegir grada en muchos casos dada la advertencia del Concello de que la reforma comenzaría el pasado verano.
Otro aspecto que critica el Celta en su comunicado es el millonario sobrecoste que se ha ido acumulando desde que se anunció la reforma del estadio, que tenía que haber concluido en su totalidad en 2017 y ni siquiera estará completa en el centenario del club. Al final, "se perpetrará una gran chapuza que pagarán los ciudadanos cuando el Celta ofreció diferentes soluciones para evitarlo", concluye la nota publicada por el club que preside Carlos Mouriño.
CHA-PU-ZA
Abrimos hilo...
— RC Celta (@RCCelta) March 5, 2020