El festival de cultura y deporte urbano de Vigo, O Marisquiño, afronta este año una de sus ediciones más importantes. El reto es superar el trágico accidente que en la pasada edición dejó cientos de heridos tras hundirse un muelle sobre el que se celebraba un concierto. Aquella fue la noche más trágica del festival, que celebraba su mayoría de edad. Después de numerosas dudas sobre su continuidad, y tras sufrir un cambio organizativo, su nuevo director, Joako Ezpeleta (Vigo, 1966), afronta la edición que se abre este viernes como un reto con el que demostrar que O Marisquiño ha superado su peor momento y lo hace con nota. Antes parte del equipo, Ezpeleta mide sus palabras y el mensaje, pero se muestra tajante para asegurar la permanencia en la ciudad "si hay voluntad del Puerto" y promete una edición "espectacular". El nuevo Marisquiño mira al futuro, pero sin olvidar al pasado recordando el trabajo de Pity Domínguez, creador y "alma" del evento.
Insistís en que esta no es una edición de “transición”. ¿Por qué?
Llevamos trabajando todo el año para que sea una edición espectacular, con novedades y sorpresas. Reorganizamos las disciplinas en el recinto y cambiamos espacios. Queremos sorprender a la gente y mejorar los tránsitos por el recinto. También creamos más gradas para verlo de forma más cómoda y traemos actividades infantiles. Habrá terrazas para poder comer y beber y estar tranquilamente en el festival… además de conciertos. Es un trabajo integral para tener muchas cosas y que cada vez sea más atractivo. Este 2019 es nuestra prueba definitiva para llegar a los 20 años como un adolescente maduro.
¿Por qué esa obsesión porque se celebre en As Avenidas y la zona portuaria?
Porque no hay en el plano de Vigo otro espacio de estas dimensiones, 150.000 metros cuadrados llanos y con las vistas que tiene el Puerto de Vigo. En segundo lugar, porque estamos rodeados de comercio, actividad, cultura, gastronomía, bares, taxis, hoteles, tiendas… todo esto favorece el intercambio económico y favorece que una persona que viene de fuera pueda desplazarse tranquilamente. Si nos fuéramos a un descampado en O Porriño, por ejemplo, tendríamos que llevar a toda la gente, 40.000 o 50.000 personas diariamente. Sería muy complejo. El mejor sitio es el Puerto.
Siempre hay el runrún sobre su permanencia… ¿O Marisquiño estará siempre en Vigo?
Sí. Por nuestra parte sí. También hace falta un compromiso de las otras partes. Del Concello lo tenemos asegurado y no lo ponemos en duda, pero falta el Puerto de Vigo. Tendrá que pronunciarse y ver si podemos estar en 2020 allí y si encaja dentro de su plan de obras que tiene previsto. No hay que olvidar que hay un convenio que se llama Abrir Vigo al Mar y que finaliza en octubre. Nos sentaremos y plantearemos continuar allí, pero hay que escuchar a la otra parte. Si hay voluntad de seguir en el Puerto, seguiremos.
La relación con la Xunta es más complicada. ¿Estáis satisfechos?
Estamos contentos con todo el mundo. El festival necesita recursos y todos son bienvenidos, tanto los que ponen 2.000 euros como el que pone 200.000 euros. Dicho esto, es verdad que exigimos y pedimos a las instituciones y marcas que cada año haya una mayor inversión y compromiso. A veces pedimos un compromiso a largo plazo y hay instituciones que no pueden hacerlo si hay elecciones. Estamos contentísimos con que estén las cinco administraciones juntas y a la vez nos sentaremos en octubre y plantearemos a cada una cómo queremos hacerlo en 2020 y lo que necesitamos de cada una de ellas.
¿Alguna vez se planteó poner fin a O Marisquiño?
El anterior director, el dueño, creador y alma del festival, que es Pity, hubo un momento en el que dijo basta, no puedo más. En ese momento hubo que tomar una decisión dramática: o se cancela o se continúa con otro equipo. Hubo una posibilidad de no seguir con O Marisquiño, pero una vez que se toma la decisión de seguir adelante se sigue con todas las consecuencias.
¿Cómo se evoluciona del primer Marisquiño con BMX a crear un ‘imperio’ sumando cada vez más modalidades?
Nadie se levanta por la mañana con una gran idea. El festival es un elemento con vida propia. Te reclama cosas. Cuando acabas una edición habla y te dice quiero crecer. Hay trabajadores propios, marcas e instituciones que proponen ideas y ayudan a crecer. Por ejemplo, Red Bull hace una análisis al finalizar y propone traer a O Marisquiño otro evento. También con empresas que proponen sumar diferentes actividades. O lo que sucedió con parkour, que un colectivo nos propone hacerlo y se hace. Cada año intentamos asumir nuevas cosas para que haya sorpresas.
¿En la mente del director de O Marisquiño se esboza ya la edición especial de 2020?
No. Yo cuando acaba una edición desconecto el móvil y desaparezco un mes. Después de ese mes empieza la mente a pensar, sino no haces ni una cosa ni la otra.