Las peñas del Celta ya han tomado una decisión sobre los dos temas que abordaron en su encuentro con Abel Caballero hace un par de semanas. La grada de Balaídos posee dos grandes problemáticas: la incomodidad en los remodelados asientos de Río Bajo y la reforma de Marcador, una grada que sufrió hace meses la caída de cascotes. El colectivo publicó este viernes un comunicado en el que insta al Concello a iniciar las obras de inmediato en Marcador mientras que aboga por recolocar las butacas en Río Bajo.
Durante la reunión de las peñas, los aficionados quieren que los trabajos en Marcador comiencen lo antes posible al no estar cumpliéndose los plazos dados de forma pública. De hecho, recuerda la Federación de Peñas, el último de estos períodos previstos era al finalizar la presente temporada y con un proyecto que se desenvolverá durante un espacio de 15 meses de ejecución. La Federación de Peñas pide al Concello que señale un plazo preciso que permita al Celta disponer de tiempo suficiente para recolocar a los aficionados de esa grada en otras zonas de Balaídos.
En cuanto a Río Bajo, los peñistas confirmaron la situación incómoda que se está vivienda en la grada recién reformada por culpa de las butacas. El colectivo insta al Concello a retirar esos asientos y reducir el aforo de la grada con el objetivo de que haya espacio suficiente entre butacas y así evitar posturas incómodas a los hinchas que acudan al estadio de Balaídos.
La polémica sobre la reforma de Balaídos continúa. El Concello exige la participación de la Xunta en las obras de Marcador. Le pide ir a "tercios", es decir, que abone la misma cantidad que la Corporación local y la Deputación de Pontevedra -unos 5 millones de euros-. El Ejecutivo gallego ya respondió. Lo hizo a través de la delegada autonómica en Vigo, Corina Porro, que rechazó la inversión calificando de "chapuza" los trabajos que se están realizando en el coliseo del celtismo.