Aunque el verano lleva ya unas semanas instalado en el calendario, Vigo no lo estaba viviendo plenamente. Todo, porque para muchos resultaba difícil imaginar los días de playa sin un helado o una bebida refrescante, las noches de julio y agosto sin un concierto de música en directo o simplemente contemplar la belleza natural desde una cómoda silla. Pero, ahora sí, Vigo ya disfruta del verano al 100% con la apertura de sus chiringuitos.
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Las playas de la ciudad ya cuentan con estos icónicos quioscos que históricamente han surtido de refrigerios y patatillas a los bañistas. Con un mes de retraso, y un enconado enfrentamiento entre el Concello de Vigo y la Xunta de Galicia, casi todos los chiringuitos han abierto este sábado.
Así lo adelantaba el alcalde el pasado viernes en un audio remitido a los medios, y así lo ha podido comprobar este medio en una breve escapada a las playas -el deber del periodismo siempre obliga a volver a la redacción para contar qué está pasando-. Vigueses, viguesas y visitantes podrán disfrutar de estos chiringuitos hasta el día 31 de octubre.
Este año los trámites burocráticos retrasaron la apertura de los quioscos, pero esta situación no volverá a producirse por lo menos durante los próximos tres años ya que la concesión de estos puestos se ha firmado hasta el 2028. De modo que en las próximas temporadas, los chiringuitos abrirán del 1 de mayo hasta finales de octubre y durante la Semana Santa.
¿Qué chiringuitos están abiertos?
Vigo cuenta a fecha del 12 de julio con un total de 8 chiringuitos abiertos:
- Samil: 3
- Playa de la Fuente (Tombo do Gato): 2
- O Vao: 2
- ETEA: 1
En cambio, no han abierto todavía los que se encuentran en Alcabre y Argazada. La explotación del primero de ellos, pese a ser uno de los más famosos, quedó desierta, por lo que habrá que esperar a alguien que quiera hacerse cargo. El segundo, en cambio, está paralizado por las obras que se están llevando a cabo en el paseo de Samil.
Pese a todo, la imagen de este fin de semana vuelve a ser la de un verano clásico en Vigo. La playa, aun con unas temperaturas no demasiado altas, estaba llena de gente -incluso con algún bañista- mientras que los chiringuitos ya lucían con colas y las terrazas al completo.