Archivada la causa contra el hostelero de Vigo que expulsó a turistas israelíes de su local

El hostelero, Samir Slim, a su salida del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo. - Adrián Irago - Europa Press

No hay pruebas de delito de odio, así concluye el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo la causa contra Samir Slim. El magistrado ha archivado la acusación contra este hostelero de la ciudad, que ha sido juzgado por expulsar a varios turistas israelíes de su negocio en pleno centro de Vigo.

El magistrado concluye que no se han aportado indicios de que las expresiones grabadas "tuvieran por objeto promover la hostilidad hacia el pueblo judío, incitando al odio o a la realización de actos de violencia contra sus miembros".



Así se ha pronunciado el magistrado, que decreta el sobreseimiento provisional de la causa -cabe recurso todavía- en la que investigó si la expulsión del grupo de israelíes había constituido una incitación a la hostilidad y al odio antisemita, agravado por su difusión mediática, constitutiva del delito tipificado en el artículo 510.1 y 3 del Código Penal.

No hay indicios de delito de odio

En el auto, el juez explica que, tras examinar el vídeo parcial de los hechos, que fue publicado en una red social, escuchar la declaración del propietario del negocio y las manifestaciones del único testigo presencial, "lo único cierto es que, por razones que se desconocen, y en apenas un par de minutos, hubo un incidente verbal entre los clientes y el dueño del restaurante, por lo que nunca es descartable una motivación secundaria ajena a una intencionalidad de odio a un colectivo".



Así, recuerda que la jurisprudencia exige que "si la acción se dirige contra una persona determinada, lo sea por razón de su pertenencia a un determinado colectivo y que la actuación sea pública".

En este caso, según subraya el magistrado, "los hechos que se denuncian se produjeron en el contexto de un conflicto por la prestación del servicio de hostelería", al tiempo que añade que "no se han aportado indicios bastantes de que las expresiones grabadas tuvieran por objeto promover la hostilidad hacia el pueblo judío, incitando al odio o a la realización de actos de violencia contra sus miembros".

De esta forma, concluye que "no consta suficientemente constatado el ánimo consiste en la animadversión hacia el colectivo unificado, en este caso, por su religión u origen, sobre todo, si atendemos al concepto de antisemitismo acogido en la recomendación número 9 (revisada) de política general de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) sobre la prevención y la lucha contra el antisemitismo".

"Es por ello que, teniendo en cuenta el contexto en que se producen los hechos, la conducta que se atribuye al investigado tiene difícil encaje en el discurso de odio penalmente punible", concluye el magistrado.

No fue posible citar a los afectados israelíes

La causa fue abierta a raíz del atestado con el vídeo remitido por la Policía Nacional al juzgado, sin la existencia de querella ni denuncia, pues se trata de un delito perseguible de oficio. En el auto, el juez señala que no ha sido posible citar a los perjudicados "por falta de colaboración de las autoridades de Israel".

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