La Festa da Arribada 2020 ya es historia. El mal tiempo puso fin a su tregua. La intensa lluvia obligó al Concello a cancelar los eventos previstos para la tarde de este domingo, entre ellos la representación teatral “Arribada do Descubrimento II” de Avelino Sierra y dirigida por Mónica Sueiro. Sin embargo, en la memoria colectiva queda, sobre todo, la jornada del sábado, una jornada en el que el cielo respetó a la Fiesta de Interés Turístico Internacional y permitió disfrutar del esplendor medieval de una Baiona que volvió a conmemorar la llegada de la buena nueva, el Descubrimiento del Nuevo Mundo.
Tras los actos institucionales del viernes, la Festa da Arribada vivía el primero de sus días grandes con la amenaza de los partes meteorológicos. Algunos concellos como Redondela aplazaban la celebración del Entroido de Chapela. Baiona optaba por mantener la programación. Si “La Pinta” pudo con ese “mar tenebroso”, las ganas de viajar en el tiempo también se impondrían a las actuales ciclogénesis. No obstante, la previsión adversa, con nombre de “Jorge”, evitó que muchos asistentes pudiesen llegar a la villa real en barco, tal y como lo hizo en 1493 Martín Alonso Pinzón y su tripulación, pero la suspensión del servicio por parte de Mar de Ons y Piratas de Nabia impidió emplear esta alternativa de transporte.
Porto do Molle y el entorno de Baiona eran los mejores lugares para aparcar el coche. Dejar la época actual y poner rumbo a finales del siglo XV. Ese trayecto en bus o caminando se convertían en la transición ideal entre dos épocas. Los más madrugadores, además de poder degustar las primeras delicias del mercado medieval, podían ser los primeros en llevarse uno de los artículos más populares de la fiesta. Las fresas del puesto de Palos de la Frontera provocaron las primeras colas de una larga e intensa jornada en la que Baiona volvería a mostrar su esplendor medieval.
El primer gran evento fue el Desfile Medieval. Arqueros, caballeros, el alcalde Carlos Gómez, su equipo de Gobierno y los integrantes de Troula llenaron de colorido y música las calles del casco histórico de Baiona. La Arribada era pura celebración. La villa real calentaba para la llegada de La Pinta con una gran jornada en la que se alternaban los espectáculos en la Praia Ribeira con el gran ambiente en otros puntos como el Parque da Palma -con propuestas para los más pequeños-, los jardines de la Casa da Navegación o los puestos de gastronomía que abarrotaban la Praza Santa Liberata, con el choripán y las crepes como grandes dominadores..
El cielo supo respetar el evento. “Jorge” asistió a la Arribada con lluvias puntuales, pero la programación permitió a las miles de personas que asistieron a Baiona en la jornada del sábado sentir que estaban en 1493. El espectáculo de cetrería, la exhibición de tiro con arco, el combate de esgrima o el Gran Torneo Medieval fueron el preludio perfecto para la representación teatral que tendría lugar a última hora de la tarde en la Praia Ribeira.
Los más pequeños también encontraban su espacio en esta Festa da Arribada. El evento ejerce un papel didáctico, pedagógico en lo histórico, pero también en el compromiso con el medio. El Parque da Palma permitía acercar animales como los bueyes o los caballos de la Serra da Groba. Otro viaje a la historia estaba en la Praza do Concello, donde la artesanía y los oficios tradicionales permitían disfrutar de la Baiona de hace más de 500 años.
La noche llegaba. Y con ella uno de los grandes momentos de la Arribada. Las nubes descargaban. Era un chaparrón. El parte meteorológico no era tan optimista para la jornada del domingo. Tocaba saborear cada momento que ofrecía la fiesta. Pasadas las 20:00 horas, las gradas de la Praia Ribeira volvían a llenarse para presenciar la escenificación de la llegada de Martín Alonso Pinzón. La pieza de Avelino Sierra dirigida por Mónica Sueiro era la contextualización definitiva en 1493. El público formaba parte de un evento histórico. De cómo Baiona recibió a la exhausta tripulación de Martín Alonso Pinzón, que a bordo de La Pinta convirtieron a la localidad gallega en la primera de Occidente en conocer la existencia de un Nuevo Mundo.
La “Arribada do Descubrimento II” mostró alguna de las vivencias de la expedición que comandaba Cristóbal Colón. El descubrimiento de América, su tornaviaje, el reencuentro del miñorano Cristóbal García Sarmiento -piloto de la carabela- con su familia o los productos traídos de América como la patata o el tabaco que en 1493 eran toda una novedad en Occidente.
Los pasacalles de Troula y Malatitsch amenizaron una programación que tuvo que suspenderse este domingo por culpa de la lluvia. El viaje en el tiempo a 1493 acabó unas horas antes de lo previsto. No obstante, la tregua del sábado permitió a Baiona y a miles de visitantes ser partícipes de una villa medieval que revivió por todo lo alto un acontecimiento histórico.