Así viven los peregrinos su paso por el Camino Portugués por la Costa, la ruta xacobea que más crece

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Con la llegada del verano, Vigo se llena este año de turistas llegados de diferentes puntos de España y también del extranjero, animados por el fin de las restricciones de la pandemia y el deseo por poder volver a hacer turismo de nuevo. Entre estos visitantes la ciudad se ha acostumbrado ya a un nuevo perfil: el de los peregrinos. En estos últimos diez años, desde el Xacobeo 2010, el Camino Portugués por la Costa ha crecido considerablemente hasta situarse el pasado mes de junio como la tercera ruta xacobeo con mayor afluencia. El auge ha sido tal que hay que recordar que hace 12 años este itinerario ni tan siquiera aparecía en las estadísticas.

Decenas de personas llegan cada día a Vigo cargadas con sus mochilas para recalar, muchos de ellos, en la Praza do Berbés, donde se encuentra el albergue público inaugurado hace poco más de un año por la Xunta de Galicia. Estos peregrinos están haciendo el Camino Portugués por la Costa que pasa por A Guarda, Oia, Baiona y Vigo, a partir de ahí ya enlaza con Redondela para seguir el Camino portugués tradicional.

Según los datos que ofrece la Oficina del Peregrino, el pasado mes de junio realizaron este trazado por la Costa 3.936 personas, frente a las 555 del año pasado. Si bien es cierto que en 2021 todavía vivíamos restricciones por la pandemia. En cualquier caso, se sitúa ya como la tercera ruta más popular, solo por detrás del histórico Camino Francés y del Camino Portugués, con el que además comparte una parte de su recorrido.  Si tenemos en cuenta los datos desde inicio del año hasta junio, han pasado un total de 6.883 personas por este Camino.

Con la ayuda que supone la celebración de un año Xacobeo, en el que los peregrinos se multiplican, el Camino Portugués por la Costa ha aumentado sus datos casi un 25% desde 2019, año previo a la pandemia. Entre los que han elegido esta opción están Álvaro y Lucía, dos amigos de Burgos. Ambos coinciden en que escogieron el Camino Portugués por la Costa “porque el del norte era más largo y queríamos una opción con algo de costa que fuera más corto”.  Así, la opción que pasa por Vigo fue la elección perfecta para ellos. Por el momento, como nos explica Álvaro, “nos gusta mucho, no hemos conocido gente todavía, pero sí que nos está gustando”.

Por su parte, Lucía, a pesar de que solo han hecho las primeras etapas, recomienda la experiencia "porque es una manera relativamente barata de conocer muchos sitios y de conocer a gente", además de servir "para conectar y conocer más a la otra persona y a ti mismo". Se trata, en definitiva, de un viaje convertido en "una meta".  Este tipo de turismo, además, no solo trae visitantes de paso. Algunos, como Lucía y Álvaro también aprovechan su estancia en al ciudad para quedarse más tiempo y descubrir los encantos de Vigo. Ellos decidieron conocer las Islas Cíes y pasar allí una jornada.

Lucía y Álvaro, en la Praza do Berbés de Vigo

Acercándonos al Albergue Público de peregrinos de Vigo Juan Manuel López-Chaves, que está situado en Rúa da Ribeira do Berbés, se pueden ver a más peregrinos a pesar de las altas temperaturas que registró Galicia hace un par de semanas. Una de ellas es Nicole, una checa que decidió hacer el Camino de Santiago como forma de conocerse a sí misma sin ayuda de nadie. “Tenía tiempo libre y quería intentar pasar algo de tiempo conmigo misma”, explica.

Entre los caminantes que eligen esta variante, también los hay ya experimentados que buscan repetir conociendo nuevas opciones. Es el caso de Javi, de Alicante, que hace este año el Camino junto a Tobi, un alemán de Frankfurt. Hizo la ruta francesa hace tres años y ahora quería volver a hacer el camino de nuevo. Eligió esta opción para aprovechar su paso por Oporto y, además, disfrutar de las vistas del Atlántico. "Me apetecía conocer Oporto y hacer un camino diferente a lo largo de la costa”, cuenta antes de dirigirse a conocer los encantos que ofrece el Casco Vello vigués.

Javi (izquierda) y Tobi (derecha) a su llegada a Vigo antes de entrar en el albergue público

Pero no solo los peregrinos paran en Vigo para continuar con su Camino, sino que otros eligen la ciudad para poder organizar bien la ruta, ya que la Oficina de Turismo y en el propio albergue ofrecen información sobre los diferentes caminos. Este es el caso de Eva y Eduardo, dos argentinos que se acercaron a Vigo para planificar desde cero su ruta. “Vinimos a Vigo, porque era la ciudad más grande donde armar el viaje. Vamos a empezar en A Guarda, pero ya vimos aquí como son las cosas. La Oficina de Turismo nos informó de todo”, explicaba Eduardo.

Eva y Eduardo, de Argentina, eligieron Vigo para planificar la ruta

Aunque partiendo de Vigo no se logra la ansiada Compostela que acredita haber realizado al menos 100 kilómetros a pie de la ruta xacobea, los hay que eligen la ciudad para iniciar su Camino y vivir la experiencia. Un grupo de diez jóvenes sevillanos escogieron la ciudad como punto de partida tras cruzar la Península y pasar más de 12 horas en un bus. A pesar del calor, Julián, uno de los integrantes, nos explicaba el porqué de su elección. "Yo lo propuse, nunca había venido a Galicia y la verdad es que me apetecía un montón conocerla andando", explica. De nuevo, la variante por la Costa destaca también para este grupo por ser sencilla para las piernas menos experimentadas.  "Somos un grupo muy grande y la condición física de todo el mundo no es la misma, así que elegimos esta variante por ser la más asequible”, reconoce.

Eloy, Julia, Clara, Jaime, Marta, Ana, Claudia, Lucía, Julián y Alex,

Un camino sin señalizar

Desde su apertura, el 29 de junio de 2021, una petición que se repite entre los peregrinos que se alojan en el albergue de O Berbés es la mejora de la señalización de la ruta peregrina a su paso por Vigo.  La negativa del Concello a permitir la instalación de los típicos mojones -o flechas, en su lugar- que indican la ruta que deben seguir los caminantes ha derivado en que muchos acaben usando aplicaciones como Google Maps para poder orientarse.

Establecimientos hosteleros y comerciales y taxistas han acordado con el Gobierno gallego situar las típicas flechas amarillas en sus escaparates y fachadas para que los peregrinos puedan continuar su ruta, pero muchos se quejan ante la dificultad para seguir estas indicaciones mientras explican que, en ocasiones, las flechas se encuentran "escondidas" o poco visibles entre los escaparates.

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