Begoña Nieto: “Me incapacitaron para votar cuando mis padres fallecieron”

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Begoña Nieto, acompañada de su monitora Ana

“Voté desde que fui mayor de edad hasta que cumplí 30 pero cuando murieron mis padres todo cambió”. Esta es la historia de Begoña Nieto, una viguesa de 42 años que pertenece a la Asociación a favor de las Personas con Discapacidad Intelectual de la provincia de Pontevedra (Aspanaex) y que perdió su derecho al voto cuando un juez decidió incapacitarla judicialmente por su discapacidad. Tras un largo año de litigio judicial y animada por todo el movimiento que se empezó a crear hace años desde diferentes colectivos para lograr el reciente cambio en la ley que permite decidir en las elecciones a todas las personas con discapacidades, Nieto introducirá su papeleta en la urna el próximo 28 de abril.

“Un día me llegó una carta del censo diciendo que no podía ir a votar y me lo tomé muy mal. El juez ordenó que me hicieran un examen sobre cuestiones electorales, algo que me parece discriminatorio”, afirma, al mismo tiempo que se muestra tranquila porque durante su lucha estuvo apoyada por Aspanaex, la psicóloga de la asociación, un abogado y un procurador. “Las cosas se solucionaron en apenas un año en mi caso, pero me alegra que la ley haya cambiado y que el derecho al voto se extienda a más gente. Yo confiaré mi papeleta al socialista Pedro Sánchez porque tiene buenas propuestas para Pontevedra”, asegura. Según Ana, una de las trabajadoras de Aspanaex, Nieto es una persona “que está muy al día, que se informa de la actualidad por los periódicos y la televisión y con una memoria envidiable”, algo que ella deja patente cuando afirma que los temas que más le preocupan son las mejoras en sanidad, educación y pensiones, además de las “urgentes modificaciones” que se deben llevar a cabo en muchos aspectos de la ley de dependencia y de violencia de género.


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“Me preocupa la dependencia porque el anterior gobierno dejó paradas las actuaciones en Galicia en este ámbito y no hay dinero para ayudar a las personas dependientes a mejorar su vida cotidiana”, explica, a lo que añade que junto a eso también es urgente “poner el foco en la educación porque están echando el cierre varios colegios de educación especial”. Nieto vive en un piso tutelado junto a cuatro compañeros y cuatro monitoras y dedica sus días desde muy temprano a aprender y formarse en la asociación, donde recibe “aprendizaje funcional”. Este tipo de enseñanza, según explica su monitora, se basa en que “lo aprendido tenga sentido”, por lo que se les imparten materias como lengua, matemáticas o informática (con tablets y ordenadores), además de instruirles en aspectos cotidianos como inscribirse al paro o pedir cita en la web de la Seguridad Social.

Sobre el futuro, Nieto reconoce que “no le disgustaría” entrar en política, pero mientras eso no ocurre, se limita a pedir a los gobernantes, en especial los vigueses, que “se eliminen las muchas barreras arquitectónicas que existen en la ciudad y que se instalen más semáforos con sonido para la gente invidente”. Dentro de 18 días, la viguesa podrá acudir a su colegio electoral como hizo tantos años atrás, y tiene muy claro el proceso a seguir: “La papeleta sepia en el sobre sepia, la blanca en el blanco y la europea que es azul en el sobre del mismo color”, concluye con una sonrisa de victoria.

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