Casi 200 años sin cambios en el mapa de Galicia, ¿cuáles fueron los últimos movimientos en Vigo?

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El mapa administrativo de Galicia, que se estableció entre 1836 y 1840, ha permanecido prácticamente inalterado durante casi dos siglos, con pocas modificaciones en el número de concellos. Aunque ha habido intentos de reducir municipios para combatir la despoblación y mejorar la eficiencia de los servicios, los cambios han sido mínimos y han afectado principalmente a las ciudades.

Uno de los últimos grandes movimientos en Vigo fue la anexión de municipios adyacentes como Bouzas y Lavadores, un fenómeno que se replicó en otras ciudades gallegas a lo largo del siglo XX. Estos procesos de absorción no fueron únicos de Vigo; en A Coruña se incorporó Oza, en Ourense fue Canedo, y en Santiago, Enfesta y Conxo. Estas fusiones se realizaron en el contexto de la expansión urbana de España, especialmente en las primeras décadas del siglo XX, cuando las ciudades buscaban aumentar su población y territorio.

Vigo, al igual que otras urbes gallegas, fue ampliando sus límites municipales, consolidando un mapa que, aunque está muy arraigado en la ciudadanía, ha mostrado pocas modificaciones en los últimos años.

Nadie quiere renunciar a su concello

Una investigación reciente, liderada por Rubén Lois, catedrático de la USC, ha analizado el impulso de las fusiones municipales como una vía para mejorar la eficiencia en la gestión pública. El estudio presentado por la Xunta destaca que, aunque el mapa municipal gallego ha sido estable, los cambios más significativos se han producido en las áreas urbanas como es el caso de Vigo. Sin embargo, a pesar de los beneficios que se podrían derivar de estas fusiones, los expertos señalan que la resistencia política y el apego de los ciudadanos a su identidad municipal han frenado nuevas modificaciones, limitando los cambios en el mapa gallego a casos excepcionales.



 

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