Un millar de animales viven, o sobreviven, en un Vigozoo que busca reinventarse. El gobierno municipal de Vigo quiere acabar con el actual modelo del zoológico que mantiene cautivos en pequeñas instalaciones a cientos de animales. Una decisión que, a tenor de las estadísticas, comparten cada vez más los ciudadanos. El Zoo de Vigo perdió desde 2017 el 20% de sus visitantes. Si en 2017 pasaron por sus instalaciones 80.795 personas, en 2019 lo hicieron solo 65.273 visitas.
Desde 2015 el zoo viene registrando una irregular estadística de visitas que, además, inició un fuerte descenso continuado en 2017. Cada vez son menos los ciudadanos que deciden acercarse a unas instalaciones concebidas como una “crueldad absoluta”, en palabras del alcalde, Abel Caballero.
El Concello ha iniciado un proceso de reconversión del recinto que debería llevar al fin del actual modelo en un futuro próximo. El ejecutivo local ha evitado sin embargo dar fechas sobre cuándo dejará de haber animales encerrados, ya que, explican desde Praza do Rei, depende de la esperanza de vida de los animales y de si son trasladados a otras instalaciones. En este sentido, Caballero reconoció hace semanas que el Concello había iniciado contactos con otras instituciones para trasladar a algunos animales.
Con todo, Vigozoo no desaparecerá como tal en un futuro próximo ni dejará de albergar animales en cautividad. La intención municipal pasar por dejarlo como aula de naturaleza y mantener a aquellas especies no exóticas que requieran este tipo de instalaciones, como aquellos que no pueden sobrevivir en la naturaleza, o ciertos animales que se adapten mejor a este tipo de vida, como ciertos reptiles. De hecho este grupo es el más numeroso en el zoo, con 615 especímenes, especialmente de tortugas.
Los mamímeros son el segundo grupo más numeroso, con 165 ejemplares. Es en este conjunto donde más se centra la polémica. El zoo cuenta con animales encerrados que, en la naturaleza, necesitan grandes extensiones de terreno en el que desplazarse y suelen soportar muy mal la cautividad.
En este momento el zoo alberga a cuatro linces y dos boreales y dos rojos, dos tigres, pero además un oso, una pantera y un león viven en solitario sin contacto alguno con otro animal de su misma especie. Alguno de ellos, como la pantera negra, suelen vivir en solitario en la naturaleza, pero tienen contacto con su especie en los periodos de apareamiento. La falta de compañía es uno de los argumentos que el gobierno municipal aporta para defender la reconversión del zoo: “cuando están solos enloquecen, es una crueldad”, asegura el alcalde.
Hay además otras especies exóticas como dos cebras, cinco llamas, 20 petauros del azúcar o 13 guanacos.
En el aparado de las aves, el zoo cuenta, entre otros, con un águila real, una avestruz, o un halcón. En muchos casos, las aves que alberga no pueden volver a la naturaleza por lo que el zoo sirve como centro de recuperación.
Por ahora, el primer paso en esta transformación de Vigozoo es la licitación por valor de 105.000 euros de un programa que plantea visitas educativas y acciones como "Vigozoo na escola", actividades de campamentos o quedadas nocturnas. El alcalde no ha dado fechas sobre cuándo se pondría en marcha el "aula educativa".