En un día gris, como si el cielo también estuviera de luto, cientos de personas se congregaron en la plaza del Concello de Vigo para clamar por justicia para Samuel Luiz, el joven de 24 años asesinado brutalmente de una paliza este pasado fin de semana en A Coruña. Lo hizo un grupo de hombres a los que la justicia ya está investigando.
Alguien podría pensar que Samuel tuvo mala suerte y que estaba en el lugar erróneo en el momento equivocado. No es así. Los agresores, los violentos, no tienen cabida en nuestra sociedad. Los que atacan a otra persona al grito de “maricón” no pueden estar presentes en nuestro país. No hay que tener suerte por no cruzarse con ellos, porque no se puede tolerar la homofobia.
Mientras se esclarecen las causas, las amigas de Samuel ya han dado una versión que coincide con la de las numerosas cámaras de seguridad y aunque la investigación todavía avanza, bajo secreto de sumario, todo indica que el suceso comenzó por un malentendido con un móvil y acabó con un ataque homófobo hasta la muerte. El pasado fin de semana, otro matrimonio homosexual fue agredido también en A Coruña. El domingo, una mujer trans sufrió una agresión en Compostela.
“Estamos no para pedir venganza, sino para pedir justicia. Que su muerte no quede impune y se investigue hasta el final”, se escuchó este lunes en Vigo en la concentración convocada por Avante LGBT+ y otros colectivos: “Queremos una sociedad libre de todo tipo de violencia y os pedimos que toméis parte y no dejéis pasar la violencia que sucede a vuestro alrededor porque no va con vosotros”.
Las concentraciones se sucedieron a lo largo de toda Galicia y España para clamar por una sociedad igualitaria sin odio ni violencia. “La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí”, se leía en la pancarta de un manifestante.
Los lamentables hechos se produjeron en torno a las 3:00 horas de la madrugada del viernes al sábado en la Avenida de Buenos Aires, junto al Paseo Marítimo, cuando un grupo de jóvenes mató a Samuel tras propinarle una paliza. De nada sirvió la ayuda de Urxencias Médicas 061 desplazados al lugar del crimen, que trataron de reanimar a la víctima hasta que fue trasladado al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, donde los profesionales sanitarios solo pudieron confirmar la muerte. La Policía está ya interrogando a un número indeterminado de sospechosos. La identificación fue especialmente rápida gracias a las numerosas cámaras de seguridad de la zona.
Las hipótesis sobre la brutal paliza que acabó con la vida de la víctima eran este fin de semana contradictorias y se mantienen abiertas varias líneas de la investigación. Todo comenzó cuando Samuel acompañaba a una amiga que estaba realizando una videollamada con su novio. Ésta cuenta al diario El Mundo que fue entonces cuando otro joven acompañado por su novia se acercó para exigirle que dejara de grabarlos. Samuel y su amiga intentaron explicarle el malentendido, mostrándole que estaban haciendo una videollamada. Entonces el agresor gritaría "o paras de grabar o te mato, maricón" y comenzó a golpearle. Tras el brutal ataque, un joven que pasaba por allí salió en su ayuda, los separó y el agresor se fue. Sin embargo, no quedó ahí. Más tarde regresó acompañado por un grupo de "doce personas". Lo acorralaron y lo mataron a golpes al grito de "maricón de mierda". Los asesinos se marcharon corriendo.
El grupo de violentos se le acercó al pensar que los estaba grabando y fue en ese momento cuando Samuel intentó calmarlos haciéndole ver el malentendido. Entonces, uno de ellos le dio un puñetazo y más tarde todos ellos se abalanzaron contra él hasta tirarlo al suelo mientras le daban patadas por todo el cuerpo. Samuel no se pudo recuperar de los golpes. El sábado, fuentes presenciales aseguraban que los agresores le empezaron a propinar golpes al grito de "o paras de grabar o te mato, maricón".
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