Continúan las quejas con el servicio de transporte urbano de Vigo. La sección de CIG en Vitrasa denuncia la "degradación" que se produce en el bus urbano que ofrece la compañía, con unos horarios obsoletos que obligan al personal a tener incluso que renunciar a los descansos entre viajes para poder cumplirlos, lo que según censuran dificulta una conducción responsable y respetuosa con las personas usuarias.

"Cumplir con los horarios en la mayoría de las rutas resulta imposible, ya que están totalmente desactualizados y quedaron obsoletos al no tener en cuenta cuestiones como la cantidad de obras existentes en la ciudad, el aumento de pasajeros, el mayor número de semáforos, la falta de carriles bus o las limitaciones de velocidad de la vía", señalan desde la CIG-Vitrasa.

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En este sentido, avanzan que próximamente estará de nuevo en funcionamiento estará de nuevo en funcionamiento todo el montaje de las luces de Navidad, "por lo que no entendemos como el plan de tráfico en estas fechas continúa haciéndonos pasar por la zona de mayor afluencia de visitantes y compartir calzada con ellos". En consecuencia, señalan que a la tensión que generan los atrasos habituales en este periodo se suma el riesgo de transitar por una zona llena de viandantes "que pasean despistados por la principal zona de iluminación de la Navidad".

Por ello, entienden que lo más lógico sería evitar el paso por estas zonas y aumentar los tiempos de recorrido, algo que dicen que no se contempla ni en el plan de tráfico del Concello ni el diseño de los horarios para estas ocasiones especiales. Advierten que el diseño de los horarios de mayor parte de las líneas de autobús de Vitrasa obliga al personal a tener que circular "en ocasiones" de una forma "que no es la más correcta", ya que para poder cumplirlos sean necesario "ir en todo momento a la velocidad máxima permitida, e incluso superándola". Critican que el personal tiene que utilizar también muchas veces los descansos entre viajes para absorber el atraso acumulado y salir en hora en el siguiente recorrido, "lo que provoca que el descanso del personal sea totalmente insuficiente y el servicio a la ciudadanía no resulte cómodo ni confortable".

La CIG recuerda que la solución a esta problemática figura en el pliego de condiciones del concurso de adjudicación, que en su artículo 15,5 establece que Vitrasa podrá proponer modificaciones para mejorar el servicio. Por ello, la empresa opta por no hacerlo y alude a una futura reestructuración del servicio por parte del Concello de Vigo que permita mejorar la totalidad del servicio. "Esta reestructuración nunca llega, y el Gobierno local parece estar cómodo con la manera de operar de la empresa porque tampoco hace nada para remediarlo".

En consecuencia, consideran cuando menos curioso que Vitrasa se queje de que es la empresa del grupo Avanza con mayor índice de accidentes con culpabilidad "pero no haga nada en relación a los horarios de recorrido para poder circular a velocidades más adecuadas y de este modo prevenir accidentes; lo que demuestra que más que los accidentes lo que prima es el ahorro de costes".

La CIG critica que la empresa quiere el mayor número de viajes en el menor tiempo posible. "Ahí está el negocio: no importa dar un pésimo servicio ni los daños colaterales que esto pueda suponer, para eso tiene un seguro de accidentes y sale más rentable que el seguro pague por los accidentes que mejorar el servicio".

De igual modo, consideran contradictorio que Vitrasa por un lado realice cursos de conducción eficiente en los que se incide en la necesidad de una conducción suave, segura y confortable para la persona viajera, "pero por otra mantenga unos horarios de recorrido que para cumplirse nos obligue a incumplir precisamente con lo que expone estos cursos".

Finalmente, denuncian que cuando un conductor o conductora se rebela contra esta manera de trabajar y opta por cumplir con las normas de circulación haciendo una conducción responsable con el resto de personas usuarias de las vías y con las viajeras y reclama su tiempo de descanso, "llegan los castigos". La empresa opta por transmitirle que es la única persona que no cumple los horarios, mientras que el resto del personal sí que lo hace. "Tras esto pueden llegar incluso amenazas: si no cumples los horarios, abriremos un expediente".