Hay un pincho de origen vasco que poco a poco va conquistando el paladar de los vigueses y las viguesas. Hay quienes ya lo conocen, pero también algunos todavía han probado el aperitivo que cada vez está más de moda: la gilda.
Su origen es un poco incierto y hay todo tipo de leyendas sobre ella. Lo más sonado es su aparición en la película "Gilda (1946)", donde al ser degustado por Rita Hayworth, la protagonista, este pincho comenzó popularizarse en el País Vasco por su similitud con la propia película, "verde y picante".
También se cree que su popularidad surge en los años 40 por pura casualidad, cuando un parroquiano fue a un bar de Donosti y con su vino o vermú le sirvieron por separado las aceitunas, anchoas y piparras. Él juntó todos los ingredientes en un palillo y se lo comió, coincidiendo con la proyección en España de la película mencionada, que le sirvió de inspiración. Aunque es selecto el grupo de bares con esta propuesta, aquí va una ruta de gilas por los locales de Vigo que la ofrecen.
Este local, ubicado en Rúa do Doutor Candaval 32, cuenta con una gilda clásica en su carta llamada "Verde, salada y picante" elaborada con aceituna, piparra y anchoa por un precio de 3 euros la unidad. Este nombre se debe al juego de palabras y significados que se dejan notar al saborear el aperitivo; verde, la aceituna, salada, la anchoa y picante, la piparra. Aunque es muy fácil de preparar, siempre intentan que tenga la mejor calidad posible eligiendo muy bien los ingredientes.
Actualmente es la única que tienen en la carta, pero desde el local aclaran que en diferentes momentos del año tienen alguna otra opción más elaborada. Para los propietarios es "una de las tapas más icónicas del sector" hostelero y al ser una taberna, esta tapa no podía faltar.
Aunque hay otras ciudades en las que ya llevan elaborándose desde hace muchísimos años, como San Sebastián o Madrid, en Vigo ya hace unos años que han adquirido fama. Desde Taberna Rabuda explican que es un pincho que triunfa porque es "fresquito, divertido y complejo". Esto último se debe a que, aunque es muy simple, son sabores mucho más complejos y se pueden acompañar perfectamente con una caña y en cualquier momento del día. "Es un pequeño premio sorpresa que te llevas, una pequeña recompensa", confiesa Andrea entre risas.
La Pintxoteca, ubicada en Rúa Sombrereiros 2, ofrece dos gildas con diferente elaboración. Una de ellas es la tradicional con aceituna rellena de anchoa, piparra y anchoa y otra algo más elaborada con bonito del norte, huevo de codorniz cocido y piparra. También se puede encontrar su propuesta en Conserbar, ubicado en la Ronda Don Bosco.
En este restaurante notan un aumento en la demanda de este pincho, pues por su acidez y su pequeño toque de picor combina muy bien con una cerveza o vino blanco. "Es uno de los clásicos que han vuelto a estar de moda y la gente lo pide", confiesa Sergio Vázquez, dueño de la Pintxoteca. Desde el local han adelantado a METROPOLITANO.GAL que, con la reinauguración de su otro local Pintxoteca Mar en septiembre, habrá gildas más innovadoras y de carácter vanguardista con pescado crudo curado en agua de mar como el atún rojo. "No hay nada más fácil y rico que comerse en una brocheta todos los sabores mezclados al mismo tiempo, haciendo una combinación explosiva de sabor con la anchoa salada, el frescor de la aceituna y la acidez de la piparra", explica Sergio Vázquez.
Este local ubicado en la Rúa Carral 19 también ofrece las gildas para llevar, además de otros aperitivos y diferentes catas o talleres. Proponen una receta de anchoa y de boquerón por un precio de 1,75 euros la unidad, y destacan sus talleres de elaboración de gildas. Esta propuesta incluye productos variados ya sea tanto vegetales como anchoa o boquerón para elegir y montar una gilda propia. Esta actividad se suele hacer una vez al mes con toda la gente que se apunte, y los asistentes podrán conocer también la historia de este pincho. El precio de la experiencia es de 30 euros.
"Cuando la gente lo prueba le sorprende el sabor y muchos vienen a encargar gildas para llevarse a casa, un cumpleaños o para ir en barco", explican desde el establecimiento. Cabe destacar que es difícil encontrar este pincho de calidad para llevar y es de los pocos locales que lo ofrecen, además de poder tomarlo allí también en su pequeña terraza.
El producto que ofrecen, señalan, es de alta calidad, y cada ingrediente procede de su lugar de origen. La piparra, traída de la zona de La Rioja, o el boquerón de Cantabria. Vermut & Co coincide con la Pintxoteca en que este pincho triunfa por la mezcla de algo salado, ácido y un poco de picante, una explosión de sabor que funciona muy bien a la hora del vermú. "Es algo que acompaña perfectamente al aperitivo, no puede faltar", confiesa la dueña de Vermut & Co.
Este local, situado en la Rúa do Doutor Cadaval 11, siempre tiene en carta las gildas con aceituna gordal, piparras encurtidas con aceite, pepinillo y pulpo cocido con pimiento morrón o boquerón en vinagre por un precio de 2,30 euros la unidad. A veces también disponen de gildas fuera de carta, como por ejemplo, de queso o anchoa.
Ahora, la demanda está cambiando. "Yo creo que ha hecho un boom ahí como a cinco años atrás en ciudades más grandes, y se ha ido introduciendo poco a poco también en Vigo", explica Marya, una de las dueñas del local. Pero aun así confiesa que, a pesar de ser una auténtica fanática y adicta de este pincho, no conoce muchos locales donde se puedan encontrar en la ciudad. Eso sí, antes era incluso más difícil que ahora. "No era muy habitual encontrarlo, de hecho era raro", recuerda Marya.
Para ella, la gilda triunfa porque se ha puesto de moda "y las modas son así de terribles". Pero, independientemente de esto, es muy fácil de comer a cualquier hora. También explica su creencia de que cada vez se huye más de la cocina moderna y hay una tendencia a volver a la gastronomía de cada lugar.
"Yo creo que ahí está la esencia, lo que hacían nuestras abuelas y bisabuelas. Ahí esta la chicha, por lo menos para mí, de lo que está hecho con mucho cariño y con parte del producto que se tiene en la tierra", aclara Marya.
Este local, que abrió sus puertas hace muy poco en el Casco Vello, concretamente en la calle Laxe 5, cuenta con gildas de matrimonio por 1,50 euros y de cecina por 2 euros. Las primeras son con anchoa y boquerón, y la segunda viene también con un taco de queso manchego. Raquel, propietaria del bar, adelanta a METROPOLITANO.GAL que pronto innovarán con nuevas recetas, con por ejemplo, huevo de codorniz. La Tiquismiquis apuesta por este pincho porque es muy fresquito para el verano, "entra bien" y se está poniendo de moda.
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