Un doble ascensor, en forma de aro, con mirador y creado por estudios de arquitectura especializados en diseños singulares. Así será el nuevo elevador que conectará García Barbón con el futuro Vialia y la calle Vía Norte. “En dos años estará construido”, anunció esta mañana el alcalde de Vigo, Abel Caballero, después de darse a conocer el fallo del jurado que eligió el proyecto “HALO” por unanimidad.
Diseñado por el estudio Arenas & Asociados, en colaboración con los vigueses AM2 y los portugueses NOARQ, la propuesta ganadora concibe dos ascensores que suben hasta una altura de 45 metros y se alzan, en palabras del regidor vigués, como una “escultura con una forma de diseño excepcional”. La torre que albergará a los dos ascensores, una novedad pues hasta ahora solamente se había anunciado un único elevador, llevará a los usuarios a una estructura semicircular que se divide en dos mitades. Una estará abierta y se concibe como un mirador panorámico de la ciudad, mientras que la otra estará cerrada y protegida de las inclemencias meteorológicas. Los dos brazos de este semicírculo conectarán con la plaza superior del Vialia, en la parte central del edificio de la futura estación de tren.
Caballero destacó esta mañana que este ascensor se convertirá en un “proyecto histórico de la ciudad” que permite abrir un corredor peatonal entre García Barbón y Vía Norte, dos zonas muy próximas físicamente pero separadas por una importante desnivel y por la entrada de la autopista AP9 en la ciudad. Se ubicará en la curva de la calle Serafín Avendaño con Callao, en la parte trasera de las torres Ifer que albergan al Círculo de Empresarios de Galicia.
Los estudios encargados de su diseño, que compitieron con otros cinco proyectos de “rango internacional”, tienen ahora un plazo de seis meses para redactar el proyecto. Después entrará en fase de licitación. El Concello calcula que estará construido en un plazo aproximado de dos años. Su presupuesto base es de 7,2 millones de euros.
Un "faro en la noche" que genera su propia energía
“Halo es una respuesta a las preguntas correctas, un icono y una escultura", se recoge en la memoria descriptiva. Desde Arenas&Asociados definen el proyecto como "un faro en la noche, un anillo de luz visible desde múltiples puntos de la ciudad, una invitación y un reclamo".
La torre de ascensores se ubica centrada con el eje de la calle Serafín Avendaño para conseguir una visión lejana de la misma desde la Calle Areal, de esta forma es visible prácticamente desde la estación de Guixar, comunicando visualmente ambos nodos de transporte y orientando al visitante. Esta posición es óptima, aseguran sus creadores, por tanto desde un punto de vista de su integración en la ciudad, marcando este eje principal, pero también desde la movilidad, evitando colocarse más arriba y más al Este en la calle Avendaño, lo que restaría funcionalidad a la conexión.
Para resolver la comunicación vertical se proyectan dos elevadores para veintiuna personas, de este modo se reduce drásticamente el tiempo de espera en horas punta y se facilita la intermodalidad permitiendo el acceso a personas en bicicleta, por ejemplo. Una vez en el interior tenemos un doble embarque a 180º con las puertas de apertura central en vidrio. El tiempo que se tarda en cubrir la altura a salvar será de aproximadamente veintitrés segundos.
Dentro de la misma torre, pero a una altura por encima de los 30 metros sobre la rasante se alojan cuatro aerogeneradores de eje vertical que en funcionamiento permiten alimentar los elevadores convirtiéndolos en elementos autosuficientes. De esta forma la propuesta consigue un consumo energético cero, asegurando la máxima sostenibilidad y mínimo impacto ambiental. La cercanía de la autopista AP-9 genera flujos de aire en turbina que aumentan la velocidad del viento en este punto. De forma paralela los elevadores poseen conexión a la red pública de abastecimiento eléctrico por posibles fallos puntuales en los aerogeneradores, o si su rendimiento en días de escaso viento no cubre todas las necesidades energéticas para el correcto funcionamiento de estos.
Una vez en la cota de la cubierta de la intermodal, se proponen dos situaciones, seguir la pasarela derecha que te direcciona hacía la zona más cercana a la calle Urzáiz y resuelve los flujos con el barrio de Casablanca y las nuevas rampas de Gran Vía que en su momento nos llevarán hasta la Plaza de España, o tomar el brazo izquierdo que desembarca en sentido Vía Norte – Travesía de Vigo. Esta duplicidad, permite en fechas señaladas, por ejemplo, en navidades, direccionar los flujos de acceso y salida de los ascensores, convirtiendo los brazos en unidireccionales, uno de entrada y otro de salida, facilitando así la fluidez del tránsito peatonal, y en estos tiempos de pandemia incluso mantener la distancia social.
La pieza está pensada como un elemento más del proyecto “Vigo Vertical”, por lo que su finalidad es facilitar la permeabilidad trasversal entre García Barbón y Urzáiz en último término. Por ello y dado que a nivel de la plaza de la intermodal hay varios accesos peatonales al interior de la misma, esta pasarela se entiende como parte de espacio público, como una calle elevada que nos conduce a gran plaza pública desde donde cada persona escogerá su itinerario, bien esté relacionado con el centro comercial o estaciones de tren o autobús, como si no lo está.
Otro punto importante durante el proceso de diseño de la pieza, fue intentar que el impacto visual de esta sobre las vistas desde el atrio central de la intermodal, este gran “óculo” en forma de muro cortina de vidrio que se abre a la ría, fuera el menor posible, pero a la vez respondiendo a la centralidad que marca este eje por medio de la cubierta superior de acceso a la estación. La forma de anillo permite alejarnos lateralmente lo más posible del atrio manteniendo este eje como referencia principal de conexión con la estación, sin por ello no ofrecer recorridos peatonales tanto enfocados hacia el centro de la ciudad como hacia Vía Norte y Travesía, el único objeto que inevitablemente se verá desde el atrio será la torre, pero las distancias entre esta y el plano vertical acristalado aseguran un impacto visual muy reducido. Se eliminan de esta manera apoyos enfrentados al atrio, dejándolo lo más liberado posible.
Esta es una de las actuaciones más singulares dentro del proyecto Vigo Vertical, que se propone transformar la movilidad peatonal de la urbe gallega para salvar los importantes desniveles de la ciudad. No será el único ascensor del entorno. Desde la propia plaza de la estación otro elevador conectará con la esquina entre Vía Norte y Urzáiz.
Arenas & Asociados, que firma el proyecto, es un estudio especializado en la construcción de puentes móviles, urbanos y pasarelas, además de edificios singulares. El diseño se ha elaborado en colaboración con los vigueses de AM2 y NOARQ, un estudio portugués comandado por Jose Carlos Nunes de Oliveria, miembro del equipo de Alvaro Siza, Premio Pritzker de arquitectura.
El proyecto fue fallado por unanimidad del jurado, que estaba compuesto por técnicos del Concello de Vigo, de la Diputación de Pontevedra, de la demarcación de carreteras del Estado, de la Axencia Galega de Infraestructuras, Miembros del Colegio de Arquitectos de Galicia y del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia. Estuvo presidido por la responsable de Urbanismo y teniente alcalde, María José Caride.