La dependencia de la sociedad actual sobre la electricidad ya no fue una mera conversación de sobremesa. El apagón eléctrico que ha afectado este lunes a España y Portugal ha hecho que vivamos en una auténtica distopía, una especie de capítulo de “Black Mirror” que colapsó nuestra vida en este ya inolvidable 28 de abril de 2025.

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El suceso se produjo sobre las 12:30 horas. Fogonazo. Se iba la luz. Y no, el apagón no era ni en casa, ni en nuestra oficina ni en nuestra calle. Los teléfonos tampoco respondían. Poco a poco ya se deslizaba que el incidente era general. En toda la Península. España y Portugal vivían aquello que algunos que ya peinamos algunas ganas nos advirtieron hace ya 25 años con el “efecto 2000”.

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Lo analógico tomaba el poder. Se producían imágenes que se convierten en simbólicas de este apagón eléctrico. Gente comprando en los supermercados como si fuera el fin del mundo o la adquisición de transistores con pilas. Entre esas instantáneas, peluquerías que quedaron con algún servicio a medias, semáforos sin funcionar o el regreso del pago en efectivo fueron algunas de las situaciones que se han ido produciendo en este último lunes de abril.

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Estas son las imágenes que plasman lo que se ha vivido en Vigo. Estas son las imágenes de un día que pasará a la historia como el "gran apagón" en España. La cámara Miguel Núñez ha captado escenas insólitas o, cuanto menos, curiosas. Desde el centro de la ciudad hasta los hospitales o el aeropuerto, nada parecía un día normal. Su objetivo ha captado desde el desalojo del edificio del Concello, así como la cara de sorpresa de quienes allí se encontraban. En los supermercados ha registrado cómo algunos vecinos hacían acopio de suministros, temiéndose ya lo peor. Aunque también hay quien lo tomaba con algo de humor y lo único que quería asegurarse era tabaco suficiente para combatir la ansiedad.

En Peinador, los viajeros se sentían en una especie de limbo. ¿Saldrán sus aviones a tiempo? ¿saldrán, a secas? O, más allá, ¿será seguro que despeguen los aviones? Así, Vigo vive un día que seguro que no olvidará.