Por segunda vez, menos de un año después de que se abrieran al público y apenas seis meses más tarde desde su inauguración oficial, las gradas al mar que se construyeron en el paseo de Bouzas volvieron a sufrir los embistes del temporal. El flamante nuevo paseo marítimo no soportó este fin de semana las condiciones del mar y volvió a experimentar grandes desperfectos.
"¿Cómo una obra de 3,6 millones de euros no ha sido planificada para soportar el temporal marítimo?", se preguntan estas últimas horas los vecinos de la antigua villa marinera después de comprobar como, por segunda vez, se han registrado daños muy significativos en la humanización del nuevo paseo que recorre parte del frente marítimo del barrio. Los desperfectos se han vuelto a concentrar en las gradas, que permiten un acceso directo al mar pero que, a tenor de los desperfectos, no han sido construidas pensando en los fuertes temporales.
El Concello ha tenido que proceder al precinto de parte de estas gradas ya que actualmente son un peligro para lo ciudadanos que se acerquen al encontrarse varias piezas sueltas, partidas y desprendidas del resto. Un gran tramo de las mismas se ha venido completamente abajo.
El nuevo paseo de Bouzas se abrió parcialmente en mayo de 2023, coincidiendo con la celebración de la Brincadeira, tras estar cerrado al público desde agosto de 2018 debido al mal estado de la zona de paseo de madera. La reforma, que se prolongó más de lo esperado, supuso una inversión de 3,6 millones tras sufrir un sobrecoste de 470.042 euros, frente a los algo más de 3,1 millones por los que se adjudicó inicialmente en 2021.
Precisamente las gradas son una de las piezas clave del nuevo diseño. Buscaban imitar, en palabras de Abel Caballero, "las playas fluviales del Sena". La obra intervino en una superficie próxima a los 8.000 metros cuadrados, en un tramo de medio kilómetro. En ella destacan también las pérgolas en las que se busca crear un efecto similar al logrado en Ronda de Don Bosco.