El gastromercado de O Berbés se ha convertido en un espacio fantasma. ¿Qué sucede con el pionero en Vigo? En nuestro repaso por la situación de estos establecimientos en la ciudad, toca ahora analizar el estado del Mercado do Progreso 41 Urban Market. Todavía respira, pero la situación se puede definir con dos palabras: agonía e incertidumbre.
El espacio gastronómico, que abrió en el verano de 2016, afronta su tercer año en una situación incierta con la gran mayoría de sus locales con la verja echada. Hoy solo sobreviven tres que, además, no tienen claro su futuro. Su gerente, Francisco Rodríguez, reconoce que “no hay previsión de nuevas aperturas a corto plazo” y que, aunque da por seguro que se mantendrá hasta Navidad, cuando el espacio acostumbra a estar lleno en pleno invierno, “a partir de enero lo más probable es que se cierre”.
La situación es hoy por hoy sombría. Al Urban Market se le acumulan los problemas y una serie de errores que podrían haber desencadenado su situación actual. El propio gerente lo reconoce, pero también señala a las trabas administrativas del Concello de Vigo. Tres años después de su apertura, el gastromercado sigue sin licencia de hostelería. “Ni la tenemos ni se espera tenerla”, se resigna Rodríguez. “Desde el Concello nos dicen que lo que hemos montado no tiene precedentes, a pesar de que en junio de 2015, un año antes de abrir, nos reunimos con Urbanismo”, prosigue. Este empresario lamenta haber invertido “cientos de miles de euros” y darse de bruces con la inacción municipal. “Nos va a pasar como a otros muchos inversores que escapan de Vigo porque en esta ciudad las licencias no se dan”, se queja.
La ausencia de permisos se ha convertido en un problema endémico que además paraliza la actividad. Cuando un local echa el cierre, es misión imposible volver a alquilarlo ante el oscuro panorama para lograr la autorización legal.
Además de los problemas administrativos, desde la dirección también son conscientes de los errores propios. “Los primeros culpables somos los dos gestores de mercado”, admite Francisco Rodríguez. La lista de equívocos la encabeza una apertura masiva -pasaron miles de personas aquella jornada del 30 de junio- pero apresurada. El mercado abrió sin aire acondicionado en pleno verano y la situación de sofoco se alargó durante seis meses. Una losa que “pesó y mucho”. El gerente también se lamenta de no haber realizado un casting más selectivo entre los posibles inquilinos. “No podía ser que no se respetaran los horarios de apertura y que te encontraras con un local abierto y otro no”, reconoce.
Por ahora, son tres los supervivientes en un espacio que agoniza, a pesar de su envidiosa ubicación en pleno centro de Vigo. El dueño del mexicano Bendito Nopal, sin embargo, lo observa con optimismo. En unos días se trasladará a un local más grande y prepara una gran fiesta mexicana de reapertura. “El verano es más tranquilo, pero en invierno se viene mucha gente”, explica a Metropolitano.gal Ydalio Davila. Sin embargo, es más incierta la apuesta de los otros dos establecimientos todavía abiertos.
Tras la Navidad, llegará el momento de replantearse el futuro. La sala multiusos anexa, denominada “Espacio Mahou” y que nació como un complemento al propio gastromercado, sí tiene asegurada su continuidad. En ella se programarán multitud de eventos comenzando por una nueva edición del Galician Freaky Film Festival. Sin embargo, en la planta superior las cosas son muy distintas.
El gerente del Progreso 41 reconoce, eso sí, que agilizar las licencias podría salvar al gastromercado. “Como gestor me animaría a llamar a algunas puertas de hosteleros de alto nivel que se han interesado, pero sin licencia imposible”, argumenta. “Es indispensable, porque al principio das por hecho que se va a resolver, pero no es así”, lamenta Rodríguez y zanja: “no pedimos que nos ayuden, pero que no nos pongan impedimentos”.
Este tipo de iniciativas que han querido asentarse en la ciudad en el último lustro están contra las cuerdas. Este modelo de mercado gastro, importado de las grandes urbes europeas, parece que no termina de cuajar en la ciudad olívica por unas razones u otras. Progreso 41 Urban Market está al borde del cierre cuando aún no ha cumplido cuatro años mientras que el gastromercado de O Berbés apenas superó los doce meses de vida.