La cita prometía, pero no sabemos si una parte de las más de 25.000 gargantas que en pleno lunes -sí, un lunes- desafiaron los agudos de Axl Rose aguardaban la inconmensurable velada de rock que Guns N Roses tenía preparada para Vigo. El recital en Balaídos era una de las primeras paradas de su gira. Los precedentes en Abu Dhabi, Tel Aviv y, sobre todo, Madrid hacían presagiar que el público vigués tendría, al fin, el mejor concierto de sus vidas tras las actuaciones memorables en los 90 de Dire Straits o The Rolling Stones. Pues bien, los californianos firmaron en sus 210 minutos sobre el escenario el concierto del siglo en la urbe gallega, una noche para el recuerdo, de locura total en la que las miles de personas que rozaron el lleno en Balaídos vibraron con la singular voz y las carreras de Axl Rose, el virtuosismo a la guitarra de Slash y los himnos del mejor rock del planeta.
Lo bonito de estas citas no es solo lo que sucede en el escenario. Tras una jornada de espera, con Julio Verne como guiño a Vigo y amenizada en ocasiones por los ensayos que ya brotaban el rock más puro desde el interior de Balaídos hacia el exterior, llegaba el momento de que la jornada pasara al siguiente nivel. Era el momento del acceso a Balaídos. Pasadas las 18:00 horas, se formaban las colas. Los más madrugadores querían el mejor sitio posible para ver y disfrutar de Guns N Roses y, hora y media antes, de otro clásico del género como Pretenders. La tranquilidad reinaba cuando el código QR daba el OK. Ya no son tiempos de esos sprint que te llevaban hasta las primeras filas. Aunque sí había momentos de emoción y algún selfie ante algún "vamos, vamos" del personal de seguridad, que a la prensa impidió acceder al concierto ni siquiera con portátil "ni ningún elemento con el que hacer prensa". El estado de nerviosismo de un trabajador de MKNorte fue tal que hasta llegó a elevar la apuesta. "No puede entrar nadie de prensa". Finalmente, imperó la lógica. Libreta y móvil serían las herramientas para narrar y describir la noche de un concierto que algunos ya debatían en plena madrugada sobre si sería el mejor concierto de la historia de Vigo.
La pregunta está abierta. Lo cierto es que las nuevas generaciones, las nacidas precisamente en la época de mayor apogeo de Guns N Roses, no han tenido la posibilidad de ver conciertos míticos en Balaídos como los ya mencionados de Dire Straits o The Rolling Stones. Su único precedente es Muse, que el año pasado brilló, pero que, aunque las comparaciones sean odiosas, quedó lejos de lo vivido anoche en un Balaídos que durante tres horas y media fue el templo mundial del rock. El recital fue memorable, un camino vibrante y de puro extasis rockero. Tras esa hora maravillosa que nos brindó Pretenders, un chaparrón amenizaba pasadas las 21:00 horas los minutos previos a que saliesen los californianos al escenario. El público lo tomaba con humor. Eso sí, los de las gradas disfrutaban con esa sensación de que, al menos desde su butaca, no tendrían que convivir con el paraguas.
El concierto lo tenía todo. Tanto es así que la lluvia convivía con el sol en esos instantes previos a que, alrededor de las 21:40 horas, empezaran a sonar los primeros acordes de la velada. Pocas sorpresas. It's So Easy. Comenzaba el show. Las carreras de Axl, las poses de Slash y el estilazo de Duff McKagan hacían que los miembros originales de la icónica banda del rock se presentaran como los auténticos tres reyes del rock dispuestos a firmar una noche memorable e histórica para las más de 25.000 personas que querían vivir el concierto de sus vidas. Tras el final del primer tema, Axl gritaba un "Vigooooo" que despertaba el grito atronador de su inmensa legión de fans.
El lunes se iba apagando con el mejor rock del mundo. No, no era en sueño. Uno no podia esconder la emoción cuando en las pantallas laterales aparecía "GNR Tour Vigo 2023". La ciudad olívica logró formar parte de la gira reunión de Guns N Roses iniciada ya hace seis años. Los californianos funcionan a la perfección como banda. Es cierto que Axl Rose no está en su época dorada. Su voz no es aquella que maravilló a finales de los 80 e inicios de los 90, pero esos agudos siguen erizando la piel. Su condición vocal actual se suple a la perfección con los solos de guitarra del otro líder del grupo, un Slash que, como se comentaba entre el público, "se pasa el juego y todo lo que le pongan". Cuando pestañeabas, el icónico guitarrista aparecía con una guitarra diferente, toda una clase magistral que, entre solo y solo, permitía a su compañero Axl reponer fuerzas para sus apariciones eléctricas sobre el macroescenario instalado ante la nueva grada de Marcador.
"Welcome to the Jungle" y "You Could Be Mine" encendían al máximo al público mientras el sol se despedía. El día se acercaba a la medianoche y Guns N Roses afrontaba su parte más mítica de la velada. Pasadas las 23:00 horas, Duff McKagan interpretó "T.V. Eye". Era su momento, del mismo modo que el foco se posaba antes de forma alterna en los otros dos miembros originales de la banda estadounidense. La velada había adquirido ya una dimensión épica. El siguiente momentazo llegaba con "Civil War", tema con el que los californianos homenajean a las víctimas de la guerra de Ucrania. Los colores azul y amarillo de la bandera ucraniana ondeaban en las tres inmensas pantallas que reinaban en el escenario de las leyendas del rock.
Balaídos se rendía a sus héroes con "Sweet Child O'Mine". Otro de los grandes momentos que dejaba una velada que llegaba a la medianoche. Axl Rose preguntaba al público sí quería más. Obviamente quedaba el colofón final, donde Guns N Roses mezclaría algunos de sus grandes himnos con temas que debutaron en su repertorio en esta gira como "Prostitute" o "Sorry". "November Rain" y "Knockin' on Heaven's Door" fueron los otros dos instantes memorables del gran concierto de Guns N Roses en Vigo, que cerró su directo con "Yesterdays" y con la habitual "Paradise City", que coronó a Vigo como el paraíso del rock y la capital mundial del rock durante tres horas y media.
Los focos se encendían. Había gente que reclamaba "otra, otra" mirando con asombro a sus compañeros de concierto. Tan solo decirlo parecía una locura tras vivir tres horas y media de concierto. Las 01:10 horas de la madrugada del lunes 12 al martes 13. Más de 25.000 personas habían presenciado un concierto brutal, memorable. Casi sin calificativos. O quizás el mejor calificativo es que vivimos uno de los mejores conciertos de nuestra vida, un regalo de 210 minutos del rock más nostálgico que llevó a vibrar y saltar con "Welcome to the Jungle" hasta a emocionar con "Knockin' on Heaven's Door".
La banda al completo regresa al escenario de Balaídos para despedirse de su público. Slash fue regalando su inmensa colección de púas a los asistentes y se despidió, a lo grande, haciendo el pino. Todo era grandioso y majestuoso en un recital que marca el inicio de los grandes conciertos de este año en Vigo. Ahora queda Castrelos, donde a partir de julio pasarán por el auditorio al aire libre vigués artistas como Andrés Calamaro, David Bisbal, Pablo López, Alejandro Sanz, Ana Mena , David Guetta o Bad Gyal.
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