La de ayer era una noche apegada a la tradición; ésa que Coral Casablanca, como Abel Caballero se encargó de remarcar, lleva tantos años cumpliendo de forma ininterrumpida.
La agrupación se encargaba de aparecer sobre las tablas del Auditorio de Castrelos a las 23 en punto, con una puntualidad inglesa, para ser presentados por la actriz gallega María Vázquez. La galardonada intérprete destacaría lo importante que era para ella ser la encargada de llevar a cabo la introducción del concierto, ya no sólo por el hecho de ser de Galicia o de tener el honor de presentar a semejante grupo; sino que también por el elemento añadido de que la Coral estaría interpretando canciones de un mundo que ella conoce más que a la perfección: el del cine.
Tras esta breve interacción de María con el público, la artista daría paso al alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien denominaría a la Casablanca como la “mejor coral del mundo”, actuando, como también se encargó de decir antes del concierto de Dorian el día anterior, en el “mejor auditorio del mundo”. Sería en esos momentos cuando procedería a la presentación de Óscar Villar, auténtico artista que lleva dirigiendo a la orquesta los últimos cuarenta años, y que fue recibido con una ovación atronadora por parte del respetable vigués. El regidor de la urbe gallega terminaría su intervención destacando lo importante que era para él continuar durante su mandato con la tradición de tener cada verano a la Coral en Castrelos, pasando a sentarse en ese momento en la primera fila de sillas para poder disfrutar al máximo del evento, terminando la “previa” al concierto con reivindicación feminista por parte de María Vázquez, que daría entrada de forma definitiva a la Casablanca con la lectura de unos versos de Rosalía de Castro.
Comenzaba en ese momento la música, con unas doscientas personas sobre el escenario, entre coral y orquesta, interpretando un total de veinte temas, siendo dieciocho de ellos pertenecientes a bandas sonoras de películas. A lo largo de la duración del concierto el conjunto nos deleitó con piezas como la Moon River de Desayuno con Diamantes, Candilejas, la canción compuesta por John Williams para Salvar al soldado Ryan o una versión de My Way, una de las canciones mejor recibidas por el público.
Tras un breve descanso a los cincuenta minutos de concierto, la Coral regresaba al escenario para ofrecer uno de los puntos álgidos de la noche, interpretando la Vivir sin aire de Maná que pudimos escuchar en el mismo Castrelos tan solo unos días antes, en lo que fue un auténtico guiño muy bien recibido de cara a los conciertos que ya han pasado por el histórico auditorio vigués, dejando más que claro que la tradición no tiene que estar reñida con lo más actual.
Los aplausos entre canción y canción eran atronadores, y se notaba que el público presente en el auditorio no se tomaba la cita como un concierto más de los muchos de los que podremos disfrutar en dicho escenario próximamente; sino que estaban allí por auténtica devoción con respecto a la Coral.
El conjunto, que es la agrupación de este tipo en activo más antigua de Galicia, con 61 años a sus espaldas, correspondería esta entrega y el lleno habitual en sus conciertos en el auditorio vigués con algo más de una hora de espectáculo, en lo que Óscar Villar definió unos días antes como el concierto más especial del año.
Castrelos, que presentó un aspecto remarcable, con la parte baja del graderío hasta arriba, disfrutó de una noche de película, estableciéndose una preciosa conexión Vigo – cine – música, acudiendo de nuevo a una fecha que forma parte de la tradición viguesa y que no podía faltar, un año más, en la programación musical veraniega de Castrelos.