La Policía Local extrema las precauciones en Cíes con el objetivo de cumplir las medidas sanitarias. El pasado sábado, los agentes acudieron al archipiélago vigués para controlar el aforo desde las 11:45 hasta las 13:30 horas en el acceso a la playa de Nosa Señora. Los policías señalan que los bañistas acudían al arenal "de manera descontrolada", por lo que corría el riesgo de exceder el aforo de la playa al no poder garantizarse la distancia de seguridad interpersonal. Los agentes contaron con el apoyo en esta actuación de dos miembros de Protección Civil. A partir de las 13:30 horas, se permitió el acceso al arenal, quedando apenas hora y media para la bajamar y ya se disponía de espacio en la playa para que se pudieran instalar nuevos bañistas.
También durante la jornada del sábado, los agentes tuvieron que realizar una nueva tarea de control de aforo por la tarde. Desde las 18:30 horas hasta las 20:50 horas, tuvieron que actuar al producirse una nueva aglomeración "masiva" de personas pendientes de embarcar, algunas de las cuales no llevaban puestas las mascarillas. Las colas se produjeron por la afluencia masiva de visitantes a Cíes, en una jornada en la que se registró el primer lleno de la temporada. No obstante, el pasado jueves algunos usuarios ya denunciaban de la dificultad de mantener la distancia social de 1,5 metros que marcan las autoridades sanitarias.
A última hora de la tarde y constatando que algunas personas no llevaban mascarilla, los policías ordenaron que se pusieran el material de protección al ser imposible mantener la distancia social. La jornada se complicó en el archipiélago vigués al averiarse uno de los barcos, lo que provocó una mayor aglomeración de usuarios en el embarcadero.
La Policía Local también tuvo fue requerida para auxiliar a un joven que se encontraba mal en el interior del restaurante Rodas. A la llegada al lugar, el individuo estaba sentado y ligeramente mareado. Hablando con él, llegaron a la conclusión que podría tratarse de un bajón de glucosa. Los agentes avisaron a los sanitarios de la playa, que estaban en ese momento esperando para embarcar. Evaluaron al joven y constataron que no se trataba de nada importante. Le acompañaron hasta la cola para subir al barco y pusieron rumbo a Vigo.