Uno de los emblemas patrimoniales de O Porriño, el icónico Templete de San Luis, será objeto de una restauración integral. La puesta en valor de esta pieza de Antonio Palacios, situada en el parque del antiguo Campo da Feira, requerirá una inversión de 250.000 euros que financiará la Xunta de Galicia. Así lo avanzaron el conselleiro de Cultura, Educación, FP y Universidades, Román Rodríguez; y el alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo, que visitaron esta pieza arquitectónica para comprobar su estado actual.
El titular de Cultura destacó el carácter “emblemático” del Templete, autoría “de un gallego convertido en una figura imprescindible de la arquitectura en un urbanista de referencia”. En este sentido, se refirió al compromiso de la Xunta por “poner en valor y divulgar el legado que Palacios tiene en Galicia, en el que este Templete ocupa un lugar destacado que merece ser valorado”.
En el mismo sentido se manifestó el alcalde, Alejandro Lorenzo, que agradeció “a la Xunta de Galicia el apoyo a este proyecto que sin duda pone en valor no solo esta pieza, sino el legado que un porriñés referente dejó en su pueblo”. El regidor añadió que “desde el Concello queremos reivindicar la figura de Antonio Palacios” y adelantó que a tal objeto “proyectamos un espacio que albergará obra importante del arquitecto, piezas de gran valor que estarán a disposición de toda la ciudadanía”.
En el caso del Templete, la estructura está visiblemente deteriorada por la entrada de agua en las juntas y la presencia de hierro oxidado debido, sobre todo, a la ausencia de un elemento de cubrición. También se aprecian manchas de oxidación, presencia de plantas superiores y pátina biológica de líquenes. Por eso las actuaciones previstas consistirán en la reparación de los daños en los elementos constructivos de parámetros, fachadas, cubierta y acabados, así como la renovación del pavimento y el ámbito urbano inmediato a la pieza arquitectónica de Palacios.
El Templete fue construido en 1919 por Antonio Palacios para acceder a la estación de metro en la Gran Vía en Madrid. Está incluido en el proyecto que le encargó en 1917 la Compañía Metropolitana y que comprendía el diseño y la decoración de todos los espacios interiores y exteriores de la línea Sol-Ventas. La construcción original contaba con un ascensor en su interior que quedó en desuso después de colocarse las escaleras mecánicas. Esto aceleró su desmontaje en 1970. Fue posteriormente enviado a O Porriño al ser la ciudad natal del arquitecto, después de varias alternativas para su localización en Madrid.