El Sergas anunció esta semana la compra de test de antígenos para el diagnóstico y cribado de la Covid-19. En una primera compra se adquirieron un total de 50.000 unidades para las siete Áreas Sanitarias. Según informa la Xunta, los test adquiridos fueron validados por estudios recientes del Instituto de Salud Carlos III, con una sensibilidad relativa del 93% y especificidad relativa del 99,5%.
“La utilización de estas pruebas permitirá hacer frente al previsible aumento de las necesidades diagnósticas por el aumento de infecciones respiratorias como la gripe”, explican desde el Sergas. El objetivo es priorizar pruebas dirigidas al estudio de brotes en ámbitos estratégicos y en entornos como centros sanitarios, sociosanitarios y educativos.
Los test de antígenos son dispositivos rectangulares que, al igual que las pruebas PCR, cuentan con un bastón con un hisopo que recoge las muestras del tracto respiratorio del paciente. Ahí detectará los antígenos que se encuentran en la superficie del virus e indican la presencia de una infección. Los resultados se obtienen entre 15 y 30 minutos después de la prueba.
Los test de antígenos solamente dan positivo si la persona está desarrollando la enfermedad y es infectiva. Es la mayor diferencia con los serológicos, que detectan anticuerpos para revelar infecciones que ya no están activas (permiten por tanto saber si se ha sufrido la enfermedad).
En el momento actual, se disponen de dos pruebas de detección de infección activa, una prueba rápida de detección de antígenos y una detección de ARN viral mediante una RT-PCR o una técnica molecular equivalente. La actualización de la Estrategia recoge la utilización de ambas pruebas en los distintos escenarios de diagnóstico y seguimiento de los casos y los contactos. El objetivo principal es facilitar el diagnóstico y que este pueda realizarse de la forma “más rápida posible y, de esta manera, iniciar las medidas de control oportunas para disminuir la transmisión del virus”.