Los árboles que 'dan las gracias' en una calle del centro de Vigo por salvarles de la tala

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Ante una ciudad en la que cada vez escasean más los árboles de gran porte y las zonas verdes, como sucede en Porta do Sol, una plaza de reciente remodelación que no cuenta con ningún árbol ni elemento vegetal a excepción de un pequeño cedro llorón plantado en un banco, son muchos los que se fijan en los que son ejemplo de supervivencia ante las humanizaciones en las que se opta por árboles de menor tamaño. En un tramo de María Berdiales se encuentra una fila de árboles que, contra todo pronóstico, se ha salvado de la tala y, ahora, protagonizan una campaña anónima en la que se agradece a los vecinos que hayan defendido estos ejemplares de los intentos del Concello de eliminarlos hace años.

En 2018 los vecinos de la céntrica calle de Vigo se movilizaron para impedir que los últimos árboles de gran porte que quedaban, entre Gran Vía y Hernán Cortés, fueran talados, tal y como sucedió con el resto de ejemplares que fueron sustituidos por otros de apenas metro y medio de alto acompañados de jardineras. En aquel momento se instalaron carteles como "no me tales" o "yo soy feliz aquí". Finalmente el Concello optó por indultarlos, y desde entonces son prácticamente los únicos de gran tamaño que dan sombra de calidad en los cada vez más calurosos veranos que vivimos.

Desde entonces, estos árboles se han convertido en un icono en la ciudad, al que recurren a menudo vecinos de otros barrios para pedir al Concello que replantee su política vegetal, uno de los puntos más criticados del Gobierno local. De hecho, este pasado miércoles el alcalde, Abel Caballero, acabó anunciando que el Concello mantendría un árbol que se iba a eliminar en Calexón Balado, después de las protestas de los vecinos por su retirada. No sucedió igual en Ronda de Don Bosco, donde a pesar de prometer que no se talarían, finalmente las obras de humanización de la plaza de esta calle acabó con la retirada de los enormes cedros que allí había. El Concello plantó varios árboles de gran porte en su lugar, aunque la mayoría están ya secos y sin hojas.

En el parque de García Picher, los vecinos llevan más de un año de protestas para exigir al Concello que no elimine la zona verde ni tale los árboles que se encuentran en ese espacio, donde el Ejecutivo local planeó construir un macroparque infantil.

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