Malos datos para la ciudad de Vigo. La urbe gallega refuerza su negativa tendencia a la subida de contagios y la incidencia acumulada vuelve a incrementarse, tanto a siete como a 14 días. En la última semana se han contagiado ya 197 personas. Es, de lejos, la ciudad con peor comportamiento de Galicia. Mientras que la incidencia acumulada en los últimos siete días por 100.000 habitantes se sitúa en Vigo en 66, baja hasta 50 en Pontevedra, 46 en A Coruña, 29 en Santiago, 28 en Ourense, 20 en Lugo y es inferior a 14 en Ferrol.

Aunque durante la tercera ola el comportamiento de la ciudad olívica fue mejor que el del resto de ciudades, ahora está sufriendo más por reducir los casos y cualquier incumplimiento en la normativa hace que la incidencia comience una escalada que podría dar al traste con los esfuerzos de las últimas semanas. Aunque los datos están todavía lejos de los picos de febrero, sí es cierto que la línea de contagios acumula ya un tiempo al alza, lo que preocupa en Sanidade. A 14 días, la incidencia acumulada se sitúa ya en 122. Si alcanza los 150 las restricciones se endurecerán. La decisión se tomará el próximo martes en la reunión semanal del comité clínico.

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En el resto del área metropolitana se mantiene la calma y la estabilidad en los contagios es la tónica diaria. Con todo, hay que lamentar que vuelven a producirse en Crecente y Pazos de Borbén, una muestra de que el virus sigue ahí. En ambos casos no se registraban casos nuevos desde hace más de una semana.

En el apartado de las buenas noticias, Tomiño logra acumular siete días sin registrar ningún nuevo positivo. El concello experimentó una mala progresión durante la segunda ola y sufrió importantes restricciones. Los malos datos a ambos lados de la frontera llevaron también al cierre del puente "da Amizade" con Portugal. Ahora, la situación es mucho mejor e invita al optimismo.

Si se logra mantener los contagios controlados, es previsible que con el aumento de la vacunación de los próximos meses los brotes sean cada vez menores, las restricciones se vayan relajando y la situación se encamine hacia la normalidad. Con todo, nada está garantizado y mientras no se logre la ansiada inmunidad cualquier contagio masivo puede acabar en una escalada de casos cuyas consecuencias conocemos bien.