El Concello de Nigrán se suma a otras localidades como Moaña y ha habilitado un espacio específico de recreo para perros, atendiendo así la solicitud realizada por un grupo de vecinos de A Ramallosa. El área se encuentra en el parque Carlos Casares -en la parte superior de la piscina mancomunada- y ocupa 350 metros cuadradas en forma de "L" que están diseñados para que los animales puedan estar sueltos sin necesidad de correa.
La superficie, de césped natural, fue delimitada con un cierre perimetral de malla metálica rígida para garantizar que los perros no escapen. Además, se dotó a la zona de los llamados sanecáns -contenedores para depositar los excrementos- y de más bancos. El Concello asegura que el parque será mejorado con elementos de distracción específicos para estos animales.
Un panel informativo recuerda las normas de uso, que incluyen la recogida obligatoria de excrementos o que el perro esté siempre vigilado por su dueño. El parque fue realizado por operarios municipales y requirió de muy poca intervención, ya que el Concello optó por reconvertir esta zona de jardín infrautilizada en este nuevo uso. "Se trata de una zona muy urbana donde había demanda por parte de los veciños de un espacio específico para perros", explica el alcalde de Nigrán, Juan González.