El macro centro comercial que auspicia Carlos Mouriño en Mos está un paso más cerca. Con la aprobación de la modificación del PXOM, que recalifica los terrenos de uso rústico a urbanizable, el centro comercial, deportivo y de ocio supera su primer escollo. ¿Pero qué se plantea para esta superficie?
Según explicó esta mañana en el pleno municipal la alcaldesa, Nidia Arévalo, este macro centro comercial estaría compuesto por un parque de medianas y un centro comercial con formato similar al Gran Vía de Vigo, que ocuparían en su conjunto unos 160.000 metros cuadrados. Junto a ellos, el proyecto recoge 255.000 metros cuadrados para espacios deportivos y dotacionales, es decir, los campos que conforman la ciudad deportiva.
Y qué tiendas podría haber? La regidora local apuntó a cinco grandes marcas que se asentarían en ese parque de medianas -donde cada marca ocupa una nave independiente-. Es aquí donde Ikea, a quien el gobierno local de Vigo lleva años camelando, podría jugar un papel fundamental. Según Arévalo, “este é un proxecto que da a oportunidade a Mos de ter un parque de medianas con Mediamarkt, Ikea ou Primark”.
Te puede interesar: Mos aprueba la modificación del PXOM para el Celta entre acusaciones de “pelotazo urbanístico”
Atendiendo a las cifras ofrecidas esta mañana por la alcaldesa, el espacio comercial que quiere desarrollar el Celta en Mos equivaldría a cinco centros comerciales como el Gran Vía de Vigo, pero sería muy inferior al gigante por excelencia en Galicia, el Marineda City, que en su conjunto suma 500.000 metros cuadrados.
La regidora local defendió la necesidad del proyecto para que “os vigueses tamén deixen os cartos en Mos”, además de trabajar en las empresas mosenses, matricular a sus hijos en los colegios o pasar a diario por la autovía. “Queremos deixar de ser o concello-autovía” zanjó para, a continuación, defender la idea de un espacio de ocio en el que poder ir al cine y de compras más allá de las “farmacias e ultramarinos” que destacan en el comercio local.
En la oposición, PSOE, GañaMós y BNG se oponen rotundamente al desarrollo de este espacio porque consideran que destruye el comercio local y arrasa decenas de miles de metros cuadrados de zona forestal.