El lunes 28 de abril España se paró. En el número 6 de la calle Álvaro Cunqueiro de Vigo, también. Por unos momentos, allí se fue la luz al igual que en el resto del territorio, pero este era uno de los pocos sitios que no se pueden detener. La Policía Nacional fue entonces esencial, en el sentido estricto de la palabra, necesaria para una población que no sabía qué iba a suceder a continuación. Metropolitano.gal ha entrado en esta comisaría para relatar el "gran apagón" desde dentro.
"Desde el momento en el que se fue la luz, nuestra prioridad era la atención y protección al ciudadano y garantizar el funcionamiento de los servicios básicos de la ciudad". Así describía José Castro, Inspector y Jefe de Grupo de Atención al Ciudadano (ZETA - Radiopatrullas), el minuto cero del apagón en la comisaría de policía. "Tuvimos mucha incertidumbre, no podíamos prever cuánto iba a durar esta situación", reflexiona seriamente. "En las calles había muchas cosas que hacer y teníamos que salir a ayudar", sin certezas pero con un deber.
Lo primero era atender a los ciudadanos que lo necesitasen, rescatar a personas de ascensores, ayudar a los más mayores a acceder a sus casas y auxiliar a los comerciantes que no podían bajar las verjas de los establecimientos. En un absoluto desconcierto, todo era prioritario. También garantizar el funcionamiento del puerto, aeropuerto, el transporte público y el abastecimiento de los supermercados. "En el momento en el que se fue la luz reaccionamos y sacamos el mayor número de patrullas a la calle", explica el propio José Castro.
Pero, ¿qué se le pasa un agente por la cabeza cuando tiene que salir a la calle en una situación como esta y dejar a su familia en casa?: "Lo primero en lo que pensamos en la Unidad de los ZETA es en ayudar al ciudadano, ese es nuestro trabajo. Lo llevamos todos en la sangre, tenemos una vocación de servicio público pero no solo esta noche, sino todas las del año", sentencia el inspector.
Quién no vio en aquella noche la ciudad iluminada únicamente por esas luces azules. Pero detrás del despliegue que todo Vigo notó en las calles, el Inspector pone énfasis en el equipo que había detrás: "Los que comprueban que los coches estén con el deposito lleno, el equipo de prensa, los encargados de controlar que los generadores de energía sigan funcionando o los que están en la oficina CIMACC del 091 atendiendo las emergencias. Los ZETA somos la punta de lanza de la policía".
Salvadas las primeras urgencias del día, la duda que sobrevolaba del número 6 de la calle Álvaro Cunqueiro (y en gran parte de España) era qué pasaría al ponerse el sol. "Cuando cayó la noche, la oscuridad en la calle era total. Dos o tres metros por delante tuya no se veía absolutamente nada", recuerda el inspector. Lo cierto es que a partir de la noche, los requerimientos humanitarios disminuyeron pero lo que preocupaba era "que pudiese haber más actos delictivos".
"Si por la tarde duplicamos las patrullas en la calle, por la noche las triplicamos para que el ciudadano pudiese tener un contacto directo con la policía. Había patrullas circulando por todas las calles con un intervalo de 2 o 3 minutos para cubrir las necesidades y posibles conflictos", explica el inspector jefe de los ZETA, que, a la vista de los resultados, se muestra satisfecho con el trabajo de los agentes.
En este gran dispositivo nocturno organizado por la Policía Nacional de Vigo participaron un total de 24 dotaciones. "Muchos compañeros se presentaron voluntarios para ayudar durante toda la jornada, algunos de ellos incluso estaban en su día de descanso o en un día libre y salieron a ayudar", subraya Castro. Con la tenue luz de las velas la noche pudo resultar hasta agradable para algunas personas, pero ¿por cuánto tiempo?.
Ante una situación similar a la vivida, el inspector Castro reflexiona: "Preparada la población no está nunca. Con situaciones como esta o la de la pandemia hace unos años, los ciudadanos van aprendiendo, pero lo de este lunes ha sido algo excepcional que no tiene porque volver a pasar", asegura contundente.
Ángel y Carlos son dos de esos agentes que se presentaron voluntarios para proteger Vigo ante el gran apagón. Era una noche inédita para ellos, sí, pero la misión no variaba: velar por la ciudadanía. "Serían alrededor de las 02:00 horas. Pasábamos por en una céntrica calle de Vigo cuando un hombre estaba pidiendo auxilio desde la acera, a oscuras. Llevábamos el puente del coche patrulla encendido y también unos focos laterales que alumbraban las calle por donde pasábamos", describe Ángel.
"El hombre nos alertó de que su hija se había caído de la cama y no era capaz de incorporarla. Pensamos que sería una caída como otras tantas, pero no. Cuando accedimos al domicilio, la joven estaba semi inconsciente y tenía el pulso bastante bajo", recuerda el agente. "Por suerte, pudimos comunicarnos sin problema con el 061 y con el 091 de Vigo para pedir una ambulancia. La intervención empeoró cuando, a los poco minutos, esta joven entró en parada cardiorrespiratoria", la situación empezaba a ser crítica.
"Tuvimos que bajarla de la cama y empezamos a realizarle una RCP. Todo con la problemática de tener la casa a oscuras y solamente poder alumbrar con las linternas de dotación que llevábamos incorporadas en el uniforme", detalla Ángel, todavía reviviendo el episodio.
"Estuvimos durante 8 minutos seguidos intentando reanimarla hasta que llegó Protección Civil y la ambulancia. En total, pasamos casi una hora con ella para poder sacarla del domicilio con todas las seguridades, ya que había demasiados muebles impidiendo nuestro paso y la oscuridad nos lo dificultaba todo". El tiempo corría en su contra y la presión era máxima, "esta familia hace un tiempo que perdió un hijo y los padres se encontraban en un estado de ansiedad muy grande".
Final feliz. Los agentes lograron estabilizarla y pudo ser trasladada con vida: "Estos casos son muy satisfactorios para nosotros, somos personas y padecemos".
Como un día cualquiera, Ángel recorre las calles de Vigo en el coche patrulla y no sabe a qué se enfrentará en esta nueva jornada. Tan solo unas horas después del apagón, sentado al lado de su compañero Carlos, solo tiene una cosa clara, el comportamiento ejemplar de los vigueses y viguesas en una situación nunca vivida: "Podemos estar muy orgullosos del comportamiento de todos los ciudadanos, hemos estado todos a la altura".
@metropolitanovigo Proteger #Vigo en la noche más oscura 👉 A las 12:33 horas del 28 de abril toda #Galicia y la mayor parte de #España quedaron paralizadas por el #apagón 🚔 Pero la @Policía Nacional no se podía detener. La situación era inédita, la misión nunca varía: velar por la ciudadanía. Metropolitano.gal ha revivido aquel día histórico con los agentes de la #PolicíaNacionalVigo ♬ sonido original - Metropolitano
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