Joan Manuel Serrat brinda una gran fiesta de despedida en Vigo con Amaral como invitada sorpresa

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Los conciertos de Castrelos 2022 regresan con fuerza. Cargados de emotividad. El primer recital de la temporada supuso la despedida de Galicia de un mito como Joan Manuel Serrat. Una cita en la que, como él mismo reconoció ante su público, se dejó "la piel" para ofrecer una actuación que se prolongó más allá de las dos horas y que supone el colofón a todos esos directos que ofreció en la comunidad gallega durante casi 60 años de trayectoria profesional. Pese al simbolismo que tenía, el cantautor catalán quiso afrontar el último encuentro con sus fans gallegos como si se tratara de una fiesta.

Tras la intervención de Abel Caballero, que admitió la importancia que tiene en su vida la música de Serrat, el emblemático artista apareció casi con puntualidad británica sobre el escenario del Auditorio de Castrelos. Su banda interpretó los primeros acordes de la velada exactamente a las 22:00 horas. Poco después, se presentaba el cantautor catalán ante la ovación de las miles de personas que abarrotaron tanto las gradas del Auditorio de Castrelos -zona de acceso gratuito- como la platea, con 2.500 butacas y decenas de personas que disfrutaron del recital de pie.

Pese al intento de Serrat de enfocarse en el presente como modo de vida, de ver hacia el futuro, la nostalgia y el recuerdo fueron dos invitados imprescindibles a su concierto. "El vicio de cantar" es un repaso de los éxitos a casi seis décadas de trayectoria, una carrera musical digna de serie donde el cantautor catalán ha creado himnos como "Para la libertad", "Hoy puede ser un gran día" o "Mediterráneo", tres temas que protagonizaron una sonora ovación del público que disfrutó con el regreso de los grandes conciertos a Castrelos casi tres años después. Ayer estábamos ante un auténtico mito, una leyenda que cuelga su guitarra y dejará de crear versos que han marcado la historia de un país y de una sociedad.

Esa fiesta de despedida tuvo momentos épicos. Joan Manuel Serrat estaba dispuesto a regalar una velada inolvidable. De despedirse de Galicia por todo lo alto. No olvidó su concierto frustrado de 2018, cuando no pudo subirse al escenario por culpa de una faringitis. Sin embargo, algunos de sus fans todavía recuerdan su última aparición en el auditorio al aire libre vigués. Fue en 2010, cuando el catalán anunció que solo interpretaría en aquella veladas las letras del poeta Miguel Hernández, lo que impedía que sonasen en aquella noche grandes éxitos que ayer sí fueron protagonistas en un recital donde uno de sus grandes momentos fue la aparición de Eva Amaral.

El espectáculo encabezaba la recta final. Joan Manuel Serrat, en un constante diálogo con el público, recibía la compañía de una de las grandes voces de la música nacional. Eva Amaral despertó una de las múltiples ovaciones que regaló el Auditorio de Castrelos. Dos generaciones diferentes del panorama español se unían en un escenario icónico, en un momento cargado de simbolismo y emotividad como la gira de despedida de Serrat, para interpretar "Es caprichoso el azar".

Tras presenciar este dúo inesperado, la velada de Serrat ya era mucho más que un vicio por cantar o un vicio por ver en directo a una leyenda de la música de España y Latinoamérica. "Pare" fue el preludio del colofón. Antes de entonar su éxito en catalán, Serrat manifestó que ese tema, de varias décadas, ya era un mensaje en defensa del medio ambiente, del cuidado de nuestro planeta. El cantautor mostró su tristeza ante la pasividad de los líderes políticos ante la ausencia de acciones que impidieran el cambio climático que ya empezamos a sufrir.

"Mediterráneo" y "Aquellas pequeñas cosas" llevaron al Auditorio de Castrelos a disfrutar al máximo. Pero lo mejor estaba por llegar. "Cantares", una canción que musicaliza los versos de Antonio Machado. Todo un himno, un himno con el que Serrat se dirigía ya a los dos horas sobre el escenario. El catalán pedía a Castrelos más entrega, motivaba al público vigués recordando, en tono de broma, la buena actitud de sus fans en el recital que había ofrecido 48 horas antes el Coliseum de A Coruña. "De vez en cuando la vida" y "Fiesta", un tema que sufrió la censura de la dictadura de Franco, parecían el cierre a una noche histórica.

Pero Serrat quería más. También el Auditorio de Castrelos, que entonaba el clásico "otra" y un clamoroso "no" pidiendo que no se marchara el artista catalán. Ambas partes querían un broche final inolvidable. Serrat accedió. Empezaban a sonar los acordes de otro himno. "Penélope". La canción elegida para poner fin a sus conciertos en Galicia. Historia pura. Pero lo de ayer fue mucho más que un repaso de los grandes éxitos de Serrat. Fue un recital en el que el catalán se mostró cercano con su público, donde dio las gracias por este apoyo durante casi seis décadas. "He hecho música no solo para expresarme, sino también para comunicarme. Todo lo que empieza tiene que terminar", aseguró durante un momento de la recta final de la velada, donde, con cierto sentido del humor, admitió que su objetivo vital no es morir sobre un escenario, sino "de forma discreta y en la intimidad". Serrat, tu música te ha hecho inmortal.

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