Se cumplían 176 años y dos días de la publicación de “A Christmas Carol” en la Inglaterra victoriana de Charles Dickens y la expectación se había traducido en un lleno absoluto. Los nervios iniciales, el vértigo ante un estreno, se convirtió, al filo de las 21:00 horas, en una de las obras que marcará la Navidad de Tui. La adaptación en un concierto danzado de una pieza histórica como “Cuento de Navidad” se saldó con un rotundo éxito, el aplauso unánime del público y el sobresaliente por parte de un coro y un grupo de baile que se atrevieron a llevar a la práctica algo que nunca antes se había intentado en el mundo. Y con “Cuento de Navidad” se había intentado prácticamente todo.
Musicales, ópera, ballet… y hasta un espectáculo de mimos, pero nunca antes una de las obras más famosas de la literatura inglesa se había adaptado a un espectáculo que combinase danza y música de un coro en directo, que además debía adaptarse al movimiento de las escenas. Junto a ellos, un único actor en el escenario, Scrooge, el protagonista avaro y de ceño fruncido que debe redimirse para poder disfrutar de la alegría navideña. Alberto Rodríguez logró infundir de pasión y entrega a un espectáculo que brilló gracias a la maestría del coro de Mistura Vocal y de las bailarinas dirigidas por Paula Cobián.
Al igual que en la narración de Dickens, como si la meteorología se hubiera puesto de acuerdo, la noche comenzó en medio de una jornada fría, oscura y de temporal que, tras cruzar las puertas del Teatro Municipal se mantenía en escena para llevarnos a un mundo en el que Dickens denunciaba el desenfreno capitalista que esclavizaba a los niños obreros en fábricas sin derechos. Una realidad social ante la que, a pesar de todo, se nos invita a sonreír y a estar con los que queremos, disfrutando y compartiendo lo que tenemos.
El espectáculo, que finalizó con el público en pie, se representó en doble función el sábado y el domingo. Para producirlo, apenas se contó con dos meses contrarreloj en los que crear algo inédito. Y se logró. La magia de la Navidad puede que exista, pero la maestría de esta adaptación obedece sin duda a un duro trabajo sin descanso que se tradujo en un show que no defraudó.