"First Dates" es uno de los programas más vistos del 'prime time' televisivo. En plena disputa de audiencias entre Motos y Broncano, un nuevo agente gallego se coló en la misma franja horaria para llegar al hogar de miles de españoles y españolas. En esta ocasión, directo desde Ourense llegó uno de los alcaldes de la ciudad para buscar el amor.
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Es probable que no mucha gente lo reconociera, pero él mismo se encargó de sacar pecho de ello. Con un pelo a lo Einstein y su actitud característica que deja intuir una dilatada trayectoria de cinco décadas como abogado, José Luis Mondelo protagonizó una de las citas de la noche. Es parte de la historia de Ourense, aunque solo fue alcalde durante un pequeño periodo de menos de un año.
Mondelo llegó a ser alcalde de Ourense por Independientes de Galicia tras encabezar una moción de censura contra el socialista Manuel Veiga Pombo en 1990. Un gobierno municipal del que formaba parte inicialmente hasta que abandonó el puesto por discrepancias con el que entonces ostentaba el bastón de mando. Poco duró el mandato de Mondelo, y en 1991 ya por el Partido Galeguista no logró siquiera representación.
Con este pasado, el ourensano buscaba ahora un nuevo capítulo en su historia. Viudo y sin hijos, se presentaba a First Dates para encontrar un nuevo amor que llenara de ilusión su vida. Y aunque prefería tener una cita con una gallega, fue emparejado con Isabel, una mujer de 70 años que vive en Gijón.
Mondelo acaparó gran parte de la conversación, en parte porque su pretendienta tenía un problema de audición que le impedía seguir ágilmente el diálogo. Algo que ella misma se encargó de echar en cara al ourensano, quien no tuvo demasiada consideración al respecto ni se preocupó excesivamente.
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Aunque él parecía no darse cuenta, Isabel sentía que no había 'feeling' en la relación. Sin embargo, terminaron bailando un agarrado en una zona de mayor privacidad. Y en ese mismo contexto, Mondelo trató de pedirle un beso, que ella se encargó de rechazar. El ourensano tuvo que conformarse con la mejilla de la asturiana, que concedió no muy convencida.
Con ello, no sorprendió a ningún espectador que Isabel declinase una segunda cita, al menos en un plano romántico. Eso sí, como es habitual, ofreció una cordial amistad que José Luis Mondelo condicionó: "Tendrás que ser tú quien me llame, porque yo no soy ningún mendigo del amor". Terminó así la aparición de esta personalidad ourensana que llenó de recuerdos a muchos vecinos y vecinas que se acuerdan de su papel en la política y sociedad local.