Ha sido una de las grandes noticias del fin de semana. Vigo ha vuelto a ser un ejemplo, un referente de lo que debe ser la sociedad del futuro. Cientos de personas decidieron tomar a última hora de la tarde del sábado el centro de la urbe gallega. La movilización se calentaba a las 20:00 horas con el pregón de Cristy Tojo.
Fue una oda a la diversidad. Diversidad de colores como símbolo de una diversidad sexual. La marea multicolor arrancaba en la Praza da Pedra y continuaba por Porta do Sol y Príncipe. No era una fiesta de orgullo. Es mucho más. Es la reivindicación a ser respetados, a no ser etiquetados como "raros" o como personas que no son "normales". De hecho, así rezaba una de las pancartas. "Normal es un programa de la lavadora".
Cánticos, pancartas y banderas arco iris, trans o femenistas daban colorido a una movilización que prosiguió por Colón y Policarpo Sanz. La meteorología acompañaba, pero no la playa o el terraceo podían esperar. La prioridad era otra. Era dar un golpe sobre la mesa a esa incipiente extrema derecha que quiere recortar libertades e imponer su visión simplista del mundo.
Vigo fue un referente de nuevo a nivel autonómico. Lo fue el pasado 8 de marzo y lo volvió a ser este 29 de junio. Distintas reivindicaciones, aunque conectadas. La urbe gallega se convierte en territorio de lucha, en el motor del futuro, en la industria en la que se debe fabricar el país que queremos ser.
Tras la manifestación del Orgullo, la programación regresó al escenario ubicado en Praza da Pedra, donde los actos estuvieron amenizados con los conciertos de Carolina Smith, Flow do Toxo y las DJ Ingrit Mosquera y Noe.