Vecinos de Vigo denuncian el riesgo de una de las calles más peligrosas del centro

Menos de 100 metros, unos escasos 245 pies, pero que se convierten en un mundo. Una pequeña calle de Vigo es a día de hoy el principal obstáculo para muchos vecinos y vecinas que se mueven hacia el centro. El abandono o el paso del tiempo han hecho de esta una verdadera trampa en la ciudad.



Bea Gómez se mudó a la zona de Marqués de Valterra hace cerca de dos años. Cuando compró un piso con su pareja les dijeron que "esta iba a ser la zona con más construcción de vivienda nueva en los próximos años". Pero a día de hoy, asegura que "el entorno no está preparado para vivir con comodidad". De ello se ha dado cuenta especialmente en el último año, cuando Félix llegó a su vida.

Esta madre primeriza comenzó a sufrir el obsoleto urbanismo del entorno ya durante su embarazo, pero tomó más consciencia cuando tuvo que enfrentarse a él con un carro de bebé. "La calle Llorente es imposible, pero es la única forma que tengo para acercarme al Casco Vello", se queja. Ya durante el embarazo tomó la decisión de renunciar a las peligrosas cuestas hacia Paseo de Alfonso y optó por el famoso Vigo Vertical: "Era una opción, pero te obliga a dar mucha vuelta y los ascensores no siempre funcionan".

Ahora, cada vez que tiene que cruzar la calle Llorente con Félix en el carro debe hacerlo con los ojos bien abiertos. "Una de las aceras está llena garajes y tuberías salientes que te obligan a ir con mucho cuidado para no tropezar, la otra es directamente imposible", narra por su propia experiencia. El lateral más próximo a las obras del Barrio do Cura es un camino impracticable por el que no caben más de dos peatones, y que obliga a adelantar por la carretera a quienes van con más prisa.

"Casi se ha creado un acuerdo tácito entre quienes nos movemos por aquí, quien está de cara a los coches es quien debe bajarse de la acera cuando te cruzas con alguien. Sobre todo, porque es quien puede ver si vienen coches y así no corres el riesgo de que te atropellen por la espalda", comenta otro de los vecinos que recorre esta calle a diario.

Bea tiene una larga lista de episodios que recuerda con indignación. "Una vez subiendo hacia el centro tropecé con una tubería y casi se me va el carro a la carretera", explica. También se enfada cuando los camiones o furgonetas de transporte de mercancías aparcan sobre la acera obligándole a rodearlas bajándose del bordillo. Especialmente porque, denuncia, los coches circulan a mucha velocidad y en esa curva llegan incluso a subir alguna rueda a la acera.

¿Hay alguna solución para la zona?

Tal y como el propio Concello señaló, el nuevo PXOM ha desbloqueado muchas de las naves del entorno de Beiramar para transformarlas en zonas residenciales. Pero para acoger a nuevos vecinos y vecinas, la zona requiere una actualización y mejora.



En ese sentido, el proyecto del Barrio do Cura promete resolver el problema del área de Santa Marta y Llorente. El diseño que presentaron contempla "un ensanchamiento de 5 metros" de esta calle, lo que permitirá hacer más transitables las aceras y alejar los coches del peatón. En las infografías que muestra la propia promotora muestra incluso bonitas jardineras decorando el entorno.

Ante las quejas de los vecinos y vecinas de la zona, Metropolitano.gal ha cuestionado a la empresa impulsora del proyecto Barrio do Cura sobre los plazos que se manejan para hacer realidad esta reurbanización. Sin embargo, la única respuesta ha sido "en estos momentos no podemos informar sobre la evolución de las obras". Por lo que no se sabe si esta mejora en la vida de los ciudadanos es una prioridad o será lo último en llevarse a cabo.

El propio alcalde Abel Caballero inauguró las obras del Barrio do Cura a finales de 2024, y en su discurso puso como plazo de ejecución unos tres años para culminar el proyecto. Puede que eso sea lo que todavía tengan que esperar Bea, Félix y el resto de vigueses y viguesas hasta poder caminar dignamente por esta céntrica calle.

Salir de la versión móvil