El tráfico volverá a circular por Alfonso XIII, aunque sea solamente durante unos días. “Será la primera vez en décadas que quede abierto al tráfico sin aquel atrapacoches, atrapaautobuses y atrapacamiones”, explicó esta mañana el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
Aunque todavía continúan los trabajos en la zona, que experimenta un intenso proceso de humanización con las obras en Baixada á Estación y la propia Praza da Estación, el Concello ha decidido reabrir el tráfico de forma provisional. La calle, que tenía previsto reabrir el pasado 31, lo hará finalmente este jueves, 4 de febrero, a las 11:00 horas. “Queremos mostrar cómo está aquello ahora”, explicó en rueda de prensa Caballero. El acceso se efectuará a través de Baixada á Estación, que pasará a ser solo de dirección descendente, mientras que Lepanto continuará cerrada al tráfico.
La reapertura será breve y la calle volverá a cerrarse a “finales de mes”, previsiblemente el 22 de febrero, según fuentes municipales. Será entonces cuando comience una nueva gran transformación que implicará la construcción del túnel de acceso a la autopista y conexión con el Vialia que tendrá algo más de 100 metros. Las obras se prolongarán hasta más allá del verano.
Con todo, el Gobierno municipal busca que la ciudad no espere meses para poder comprobar la nueva cara de la calle. “Ya tiramos aquel adefesio”, aseveró Caballero para incidir en que el paso elevado, además de un “disparate”, era un peligro para la circulación debido a su escasa altura de 2,5 metros. “Tantos coches se esnafraron ahí”, recordó.
Las obras han hecho desaparecer el último resquicio del scalextric de Vigo que prolongaba la autopista hasta el mismo centro de la ciudad en una vía elevada a la altura de los primeros pisos de los edificios. Con todo, la actuación, deseada durante décadas, también se desarrolló con polémica. Hace una semana, Twitter ardía para mostrar el malestar después de que se retirara la barandilla diseñada por Jenaro de la Fuente que protegía del desnivel entre Lepanto y Alfonso XIII. Las fotografías de esta pieza del patrimonio histórico vigués amontonada como chatarra enfureció a los usuarios de la red social. Tras su denuncia, el Gobierno municipal rectificó y prometió recuperarla para “uso ornamental”.