El alcalde de Vigo, Abel Caballero, aseguró esta mañana que “permanece el riesgo de que Vigo se quede sin agua”. Por ello, el Concello quiere acelerar los trabajos para garantizare el suministro de agua.
Tras la reunión del pasado 28 de agosto entre el regidor olívico y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribero, el gobierno de Vigo ha logrado el compromiso de que el Ministerio convoque una reunión entre las tres administraciones implicadas –Gobierno de España, Xunta y Concello- para “estudiar como una gran prioridad el abastecimiento de agua”.
Ante “el más importante problema de esta ciudad y los nueve municipios que se abastecen de Eiras” el objetivo es buscar una solución para el próximo “medio siglo”. Todo porque “esta presa solo tiene agua para seis meses”.
Las alternativas actuales sobre la mesa son:
1. Recrecido de la presa de Eiras: Es la opción “más barata pero técnicamente compleja”. La actuación consistiría en levantar el muro de la actual presa para tener mayor capacidad de almacenamiento. Según explicó esta mañana el alcalde, “los técnicos no se ponen de acuerdo sobre si la pesa aguantaría”. Se elevaría la cota en dos metros con un coste de 54 millones de euros.
2. Nueva presa junto a la actual: Se situaría “en la cola de la actual” para tomar agua del rio Oitavén, con una capacidad similar a la ya construida. Se levantaría en Fornelos de Montes “sin ningún daño ecológico ni social”. Se trata de aprovechar el “enorme” caudal del río Oitavén. Entre los puntos positivos que destaca el Concello, el abastecimiento se produciría por gravedad, por lo que no sería necesario el bombeo, con el consecuente abaratamiento. Es la opción preferida por el Gobierno de Vigo. La nueva presa tendría 17 hectómetros cúbicos y un coste estimado de 54 millones.
3. Travase del río Miño: Se trataría de un recorrido de unos 24 kilómetros kilómetros que transcurriría junto a la A-55 y se iniciaría en el Concelo de Tui. Esta opción tendría un coste de bombeo “importantísimo”. Abel Caballero resaltó entre los puntos negativos la calidad de agua ya que “por este río van las salidas de todas las depuradoras de la zona”. La construcción ascendería a 38,4 millones, a lo que se debería sumar el bombeo.
Con todo, Caballero asegura que la búsqueda de una de estas tres soluciones no evita el trasvase de urgencia planteado desde el río Verdugo. “Nada nos garantiza que este mismo otoño no tengamos problemas”, explicó el regidor.
Ahora, y después de que el nuevo Gobierno de España se plantee el problema como una medida “urgente”, queda esperar a la fecha para la reunión de las tres administraciones en la que se deberá decidir una de las variantes y la financiación de la obra.