Vigo volverá a tener "Cines Tamberlick" en pleno corazón de la ciudad

Los cines Tamberlick de Vigo fueron los primeros de Galicia en proyectar una película sonora. Lo hicieron el 14 de marzo de 1930. Ahora, más de 90 años más tarde, ese histórico nombre volverá a escucharse, aunque sea de forma simbólica, porque los “cines Tamberlick” renacen en la urbe viguesa, esta vez junto al centro comercial Plaza Elíptica.

“Bienvenido !!!! Desvelado el nuevo cine. Próximamente os informaremos de la fecha de apertura”, explicaban en un breve mensaje de texto en sus redes sociales desde la dirección del espacio comercial bajo la misma imagen que encabeza esta noticia en la que se puede leer el nombre de “Cines Tamberlick”.

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Por ahora, poco o nada más se sabe de la próxima reapertura de las salas de cine situadas en los sótanos del céntrico espacio comercial vigués, cuyo último operador cerró en febrero de este año. Entonces, la dirección de Plaza Elíptica avanzaba que buscaba ya una nueva forma de reabrir las salas, algo que ahora se confirma. Está todavía por ver si la decoración y estética general también recordará a unas salas del siglo XIX o solo se quedará en un homenaje.

Los Tamberlick abrieron sus puertas en 1882 como teatro, aunque la primera película no se proyectó hasta 1897. Estaban situados en lo que hoy es la calle Eduardo Iglesias. Hoy solo quedan los arcos de piedra de la entrada, que sobrevivieron a la tremenda destrucción del patrimonio arquitectónico vigués fruto del desarrollismo y la especulación.

Con este anuncio, más allá del icónico nombre, Vigo recuperará de nuevo unas salas de cine que fueron importantes en la historia reciente. Ubicadas en el centro comercial Plaza Elíptica, se inauguraron en el año 2000 y entonces se convirtieron en las salas más grandes y modernas de la ciudad, situadas además en pleno centro. Sin embargo, la progresiva apertura de espacios comerciales -primero del Travesía de Vigo con sus modernos cines de Yelmo en 2003- y después del Gran Vía -en 2006- lastraron este espacio. El último en incorporarse, el Vialia, también en pleno corazón de la ciudad, apostó por incluir cines con modernas innovaciones que siguieron reduciendo el caudal de público potencial de las salas de Plazaé.

La primera empresa gestora de los cines logró permanecer activa hasta el año 2009, cuando entró en suspensión de pagos. Sin embargo, un año más tarde sería Galicine la que tras realizar una importante inversión de modernización pasaba a gestionar las ocho salas de cine. Las cerró este mismo año. Ahora, tienen una tercera oportunidad.