La gastronomía vive en estos momentos una transformación vibrante. La revolucionaria cocina de vanguardia que jugaba con composiciones químicas y llamativas técnicas ha emprendido un viaje hacia los orígenes. El producto es el gran protagonista. Y, ahora, Vigo tiene su primer restaurante de la comunidad "Slow Food" que apuesta por esa misma tendencia.
Vigo, hasta ahora, no tenía ningún 'Restaurante km0". Pero desde hace unos meses, la comunidad "Slow Food" certificó un espacio gastronómico de la ciudad por su compromiso con los productores locales. Entre los objetivos que reconoce este sello:
- La reducción de las emisiones de CO2
- El apoyo a los agricultores de la zona
- Contar con, como mínimo, un 50% de proveedores cercanos
- Priorizar los certificados ecológicos
- Favorecer la producción extensiva
- Fomentar el reciclaje
- Comprometerse como garante de calidad alimentaria y como suculenta experiencia gastronómica
Alberte, el primer restaurante 'Slow Food' de Vigo
Ubicado en el número 65 de la calle Rosalía de Castro, Alberte pasó a formar parte de esta comunidad que no separa "el placer gastronómico de la responsabilidad". El propio cocinero reconoce que con este paso, lo que se busca es "una sostenibilidad del proyecto en todos los sentidos; que tenga un impacto positivo en el comensal y en el entorno".
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Así, explica que para su concepto de cocina, el papel del chef "es encontrar el mejor producto y cuidar de esos productores, porque solo con una buena materia prima de calidad tienes todo ganado". Relata que el entorno de Vigo cuenta con verdaderos manjares, solo hay que saber encontrarlos. No puede evitar elogiar a los proveedores en los que confía: capones criados en Covelo, pescado en las lonjas de A Guarda y Aldán (y pronto espera empezar a trabajar con la de Coruxo), gallo de Pontevedra o ternera de Lugo.
Ese mimo con el que se produce la materia prima se traslada absolutamente al plato: "La calidad, indudablemente, se nota". Él mismo recuerda cómo el criador del cordero le pide respeto para su carne, porque es el principal interesado en que no se malgaste el animal del que ha cuidado durante tanto tiempo: "Nunca he trabajado con un cordero tan espectacular, tuve que cambiar incluso la receta para no alterar nada su sabor".
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Alberte siente orgullo por formar parte de esta comunidad de "Slow Food", porque es una forma de conectar con los pequeños grandes productores de Galicia. Aunque para él siempre va por delante la calidad del ingrediente que necesita: "En Galicia, por ejemplo, no productores de setas silvestres que me sirvan y tengo que traerlas de otros lugares". Por eso, cada vez más trabaja con su huerto, ubicado en Domaio y de cuyo cuidado se encarga su propia madre.
Sostenibilidad y bienestar, bajo esas dos máximas continúa trabajando este restaurante que ha vuelto a llevarse un nuevo reconocimiento del sector.