Adiós al pago en metálico en Vitrasa: los conductores darán este fin de semana las tarjetas monedero

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Una de las últimas medidas adoptadas por el Concello de Vigo con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus entra en vigor este 28 de marzo. Vitrasa anulará desde este sábado el pago en metálico. Solo se podrá acceder al transporte urbano mediante la PassVigo y una tarjeta monedero que ya solicitaron, según datos facilitados por el alcalde este mediodía, más de 130 personas.

El Concello, no obstante, no quiere que ningún usuario del transporte público que no tenga la PassVigo se quede sin poder viajar en Vitrasa. Por ello, durante este fin de semana los conductores entregarán una tarjeta monedero a aquellos viajeros que no dispongan de la tarjeta viguesa.

Esta medida de transición será efectiva solo este sábado y este domingo. El próximo lunes 30 de marzo, toda aquella persona que intente pagar en metálico no podrá viajar en Vitrasa. El pasado miércoles, desde Metropolitano.gal informábamos sobre los tres pasos que debéis realizar para obtener esta tarjeta monedero. Para hacerse con el documento que cambiará el dinero en efectivo hay que llamar a Vitrasa al teléfono 986 919 299, donde darán indicaciones y una cita para recogerla en el Concello. Una vez en tus manos, debes dirigirte a un cajero de Abanda para recargarla. Recuerda que la tarifa por transporte ordinario es de 1,35 euros.

El veto al pago en metálico es una de las decisiones adoptadas por el Concello para intentar frenar el riesgo de contagios por coronavirus en el bus. El conductor, por tanto, no intercambiará dinero en efectivo con los viajeros. Además, la puerta y la máquina de pago situadas en la parte delantera del Vitrasa quedarán anuladas, siendo el acceso y pago exclusivamente por la puerta central o el acceso trasero del vehículo.

El regidor vigués señaló en rueda de prensa que desde el Ejecutivo local quieren adoptar "todas las cautelas" posibles en el transporte colectivo, por lo que decidió limitar el aforo del autobús al 30% de su capacidad máxima para mantener las distancias mínimas de seguridad. Tampoco se podrán ocupar las primeras filas del vehículo y se debe dejar una butaca libre de separación entre los usuarios. Las líneas a los hospitales son cubiertas por un bus articulado con un segundo autocar habitual detrás, que opera para poder mantener la distancia de seguridad que exigen las autoridades sanitarias.

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