El maquinista Javier Illanes, que llevó el tren Alvia desde Medina del Campo hasta Ourense, antes de que descarrilase en Angrois (Santiago), ha afirmado que era "de dominio público" que la curva de A Grandeira estaba "desprotegida". Lo ha dicho durante su declaración de casi cuatro horas en la quinta jornada del juicio por el accidente, en el que murieron 80 personas y 145 resultaron heridas el 24 de julio de 2013.
Los acusados, el maquinista Francisco Garzón y el ex jefe de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte, no han estado presentes, toda vez que la jueza les permite ausentarse tras su declaración en pasados días. En su comparecencia, la más larga por el momento, Javier Illanes ha mantenido momentos tensos en varios de los interrogatorios, principalmente con el fiscal y con la abogada del estado.
"Cada uno tomamos una referencia"
Al representante del Ministerio Público le ha negado que la formación hiciese hincapié en las peculiaridades de ese tramo en el que se produjo la tragedia. "Se comenta donde puede ser un punto de referencia (para iniciar el frenado de 200 a 80 kilómetros por hora) pero luego cada uno...", ha dicho. "Cada uno tomamos una referencia diferente", ha enfatizado. Además, ha hecho hincapié en que la formación la hizo "con una máquina a una velocidad mucho inferior, a 140 por hora".
Por su parte, el fiscal le ha replicado que en su declaración en el juzgado de instrucción dijo "que en los cursos de formación se ve cómo se hace (el inicio de la frenada) y dónde se frena". Illanes, que previamente estuvo sentado con el empleado de seguridad, el interventor y un mecánico, iba en el vagón técnico en el momento del accidente. Allí se encontraba comprobando si habían vuelto a saltar los equipos del aire acondicionado para "volver a resetearlos en ese caso".
En cualquier caso, era "un viajero" que si puede "echar un cable a un compañero" lo hace, "por el confort" de los usuarios, según ha señalado. En cuanto a si conocía el punto en el que se encontraban cuando se produjo el siniestro, ha respondido que no, aunque imaginaba que debían estar "cerca de Santiago" únicamente por el paso del tiempo desde que el tren había salido de Ourense.
"Obligación" responder al teléfono
Este maquinista ha afirmado, también, a cuestiones de las partes, que "siempre" hubiera contestado en caso de ser él el que estuviera conduciendo y recibiera una llamada como la del interventor. Y ha añadido que entiende que "una llamada dura lo que necesitan las dos partes para entenderse" y que la peligrosidad de esta "depende de donde te coge la llamada". Con todo, ha insistido en que es preciso responderlas "mientras sea un tema de servicio". "Es mi obligación y es a lo que me obliga mi empresa", ha incidido.
Respecto a lo que le ocurrió a Garzón al responder al teléfono a la llamada del interventor, ha considerado que "seguramente se desubicó", pero ha puesto el foco sobre la falta de señalización en la vía. A mayores, ha indicado que entiende que no había "riesgo todavía" en el punto en el que le cogió el teléfono. "No hay ningún riesgo donde le hacen la llamada a Garzón", ha explicitado. "¿Dónde empezaría el riesgo?", le han interrogado. "Cuando estoy haciendo la frenada. Dependiendo de las circunstancias del día....", ha expuesto.
"Por supuesto" que se habría evitado
A continuación, se ha referido al aviso de un jefe de maquinistas que está previsto que declare este jueves, José Ramón Iglesias Mazaira. "Entendía que esa curva estaba desprotegida y que había que tomar medidas", ha apuntado, mostrándose "totalmente de acuerdo" con el informe que redactó.
A la pregunta de si se podría haber evitado el accidente de haberse hecho caso a esta alerta, Javier Illanes ha sido tajante con un "por supuesto". A su juicio, esta línea "monótona" con viaductos y túneles "no era 100% segura" y en concreto se trataba de un tramo complicado en el que después se introdujeron medidas de seguridad. Aunque "los medios existían", en ese momento "no existía ni señal ni baliza".
Por su parte, la abogada del estado le ha mostrado una guía de buenas prácticas sobre el uso del teléfono corporativo, y este maquinista ha afirmado desconocerla. También ha subrayado que el accidente se produjo ese día pero, en las condiciones en que circulaba el tren, "pudo haber pasado en otro momento", por lo que le habría "gustado" que se le hubiera hecho "caso" al jefe de maquinistas Iglesias Mazaira.
El mecánico, nervioso
Con anterioridad a Illanes ha comparecido Francisco Sánchez, un mecánico que viajaba en el tren y que, visiblemente nervioso, ha respondido con brevedad a las preguntas de las partes. Por su parte, ha asegurado que vio "todo normal" en la circulación aquel día. "No noté nada", ha incidido, antes de constatar que segundos antes de descarrilar "empezó a moverse todo".