Los secretos del río Verdugo: playas, puentes colgantes y cascadas a media hora de Vigo

Playa fluvial de A Calzada // Turismo de Galicia

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El río Verdugo nace tímido y desapercibido en Forcarei, a 760 metros de altitud. Emerge en medio de la hierba de unas fincas y con la imagen es difícil adelantar que, kilómetros más adelante -concretamente 47 que tiene su recorrido- y tras el paso por cinco concellos, se transforma en un caudaloso río con una cuenca de 357 kilómetros cuadrados.

El río que da paso a la ría de Vigo en su apartado más interior es un gran desconocido para muchos vigueses, a pesar de albergar en su camino espacios de gran valor y belleza, de gran reconocimiento y que suponen un importante reclamo turístico. Antiguos puentes, playas fluviales, pasos de río o senderos entre la vegetación autóctona que hoy invitamos a conocer y, sobre todo, disfrutar.

Única playa fluvial con bandera azul

La playa de A Calzada, en Ponte Caldelas, es uno de los espacios más famosos que regala el río Verdugo. Se trata de una playa fluvial de 250 metros de longitud generada por una presa de piedra en medio del bosque. A sus orillas, abedules, castaños y robles dan sombra para disfrutar del baño. Por su calidad de agua, su entorno y sus servicios, esta playa cuenta con el reconocimiento nacional de bandera azul desde el año 2015, cuando se convirtió en la primera playa fluvial del país en contar con este distintivo (en la península existen playas interiores con bandera, pero formadas en embalses y lagos).

Playa fluvial de A Calzada, Ponte Caldelas // Turismo de Galicia

A Calzada cuenta con una esplanada donde descansar, con un espacio de merendero y césped para quienes quieran llevarse un tentempié y también con una zona de aparcamiento para acceder en coche. A estas prestaciones se suman servicio de vigilancia, escaleras de acceso al agua, parque infantil y otro biosaludable y bar durante el periodo estival.

La playa es ideal para días de verano en familia con todos los miembros incluidos, hasta los peludos de la casa, ya que cuenta con una zona de baño para adultos, otra para niños y otra para mascotas perfectamente delimitadas. También está adaptada para personas con movilidad reducida y, para los más atrevidos o instagramers, cuenta con una cuerda para lanzarse directo al chapuzón.

Para llegar a la playa lo más sencillo es acceder desde el puente que cruza el Verdugo, desde el centro de la localidad, y continuar caminando 10 minutos hasta allí o bien acceder en vehículo propio.

Senderismo para conocer los mejores rincones del Verdugo

Además del atractivo playero, el río Verdugo ofrece un paseo mágico y natural a lo largo de su recorrido, que conduce a puentes colgantes y pasos sobre sus aguas. El sendero azul del Verdugo es una ruta sencilla y asequible para todo el mundo, de forma circular y tres horas y media de duración, en la que se recorre el entorno y la vegetación autóctona gallega a lo largo de los 10 kilómetros de extensión de la ruta.

La primera sección del camino se realiza a las orillas del propio río, sobre una pasarela de madera que facilita los pasos. A partir de ahí, la ruta se realiza entre la propia vegetación del bosque, siguiendo las señalizaciones del sendero.

Sendero azul río Verdugo // Concello de Ponte Caldelas

El primer lugar destacable es la Fábrica de la Luz, una central que hoy se encuentra en ruinas pero que un siglo atrás dotó de luz eléctrica a la villa, convirtiéndola en una de las primeras de España en contar con este servicio. Más adelante, la estatua al pescador de Carlos Tesouro, que rinde tributo a quienes desde hace décadas echan sus cañas en el río y, por último, la playa que protagoniza este artículo.

Desde la playa fluvial de A Calzada el sendero se aleja del Verdugo y conduce al interior de las famosas carballeiras de Portasouto, desde las que es posible llegar al Foxo do Lobo de Laxoso (una trampa tradicional para dar caza a este animal que todavía se conserva, aunque no en el mejor estado). Finalmente, siguiendo la ruta se accede a los pasos de Portasouto, uno de los emblemas del Verdugo, que facilitan el paso a la vez que crean una estampa única y digna de novelas fantásticas.

Pasos sobre el río Verdugo // Turismo de Galicia

La ruta devuelve al inicio de la aventura, la playa fluvial de A Calzada, pero todavía hay más lugares en este entorno por descubrir...

Para tener una experiencia completa

Parte de la historia de Ponte Caldelas y del propio río es su balneario. Sí, en Ponte Caldelas hubo un balneario hace más de 100 años y sus restos aún se dejan ver a las orillas del Verdugo. La crisis de inicios del siglo XX terminó por echar el cierre a las instalaciones que, desde hace años, el concello del pueblo pretende recuperar y poner en funcionamiento.

Otra parada obligatoria es el puente colgante del río Verdugo (o del río Oitavén, pues cruza las aguas en el punto de confluencia de ambos) en Soutomaior.  El puente, situado a unos 6 metros sobre el caudal, deja unas vistas espectaculares de la unión del Verdugo y su afluente, que recuerdan a las películas y cuentos infantiles en las que hay que elegir un camino por el que continuar.

Puente colgante sobre el Verdugo // Concello de Soutomaior

Por último, un lugar enfocado a los más valientes es la Fervenza da Roca, una preciosa e inaccesible cascada dividida en tres saltos de agua consecutivos de hasta diez metros de altura. La caída del río va dejando pozas en las que refrescarse, la más apreciada es la alta, ya que por su profundidad permite saltar desde las rocas que la bordean, sin embargo es también la más peligrosa.

Para llegar a ella se debe acceder a la central hidroeléctrica de Feixa y caminar contracorriente siguiendo el cauce del río. No hay camino y por tanto no es fácil acceder, por eso, si quieres disfrutar de cascadas y pozas sin complicarte la vida, aquí te dejamos otras opciones. 

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