El impacto de Domingo Villar trascendió lo literario. De ahí que su muerte haya sido una conmoción no solo en su Vigo natal, sino a nivel nacional, donde logró convertirse en uno de los mejores autores de novela negra. El personaje creado por el vigués, el detective Leo Caldas, dio paso a un fenómeno en auge en los últimos años: el turismo literario. No son pocos las lectoras y lectores que han elegido la ciudad olívica, Moaña o Nigrán para ver en primera persona los escenarios que inspiraron a Domingo Villar.
Pasear por los lugares que ejercen un papel tan importante como el protagonista en las novelas tiene un componente mágico. En esa sensación es donde emerge el potencial del turismo literario. Sucede también con las obras de Philip Kerr, otro escritor que se nos fue demasiado pronto, y que dejó un legado impresionante con su detective Bernie Gunther. Visitar Berlín tras leer la Trilogía Berlinesa hizo del viaje a la capital germana algo diferente, un atractivo complementario que permite empatizar con qué sienten esas personas que ven la Escuela Municipal de Artes y Oficios, comen en la Taberna Eligio o visitar los escenarios de "El último barco" en Moaña". Pero las novelas de Domingo Villar también son un descubrimiento para nosotros. A los lectores que somos de Vigo o de los concellos del área metropolitana nos permite redescubrir esos espacios que han formado siempre parte de nuestra vida, conocer su historia, en partes nuestros orígenes, y entender una parte de nuestro carácter y nuestra razón de ser.
"El último barco" ofrece al lector la posibilidad de conocer parte de la historia de Vigo y, sobre todo, de esos lugares especiales de Moaña, lugares donde vive Mónica Andrade, la mujer a la que le sigue la pista el inspector Leo Caldas. La ría de Vigo ejercer un papel fundamental en la historia, con el buque que permite hacer de nexo entre Vigo y Moaña, entre el lugar de origen de Mónica y su lugar de residencia. La investigación de Caldas nos permite acudir hasta la Escuela Municipal de Artes y Oficios de Vigo (EMAO), un edificio realizado por el arquitecto Pacewicz, y hasta Moaña, donde una parte de la acción se desarrolla en la iglesia de San Xoán de Tirán y sus alrededores.
La ruta literaria nos permite conocer algunos de los tesoros naturales que posee Moaña. De hecho, el recorrido se inicia en el templo románico de Tirán y prosiguen por otros escenarios como el mirador de A Mona, la playa de Videira, la fuente del Cristo das Boas Augas y la cueva de A Lontra, un lugar donde Domingo Villar rescata la leyenda que aseguraba que allí vivía una Lontra, un animal similar a la nutria, que destrozaba las redes de los marineros para comer la pesca.
Paisaje, historia, magia y patrimonio se fusionan en los rincones que nos permite revisitar Domingo Villar a través de "El último barco". Lugares cargados de significados para los fans de una de las grandes publicaciones del género de la novela negra en los últimos años. La demanda ha sido tal que el Concello de Moaña incluso ha diseñado rutas por los escenarios que recorrió Leo Caldas, convirtiéndose esta visita guiada a la Moaña de Domingo Villar en una de las rutas más demandadas de su programa "Descubre Moaña".
Pero realizar este recorrido va mucho más allá de empaparse del universo de Domingo Villar o de los encantos que nos ofrece Moaña, algunos ocultos para muchos antes de leer al escritor vigués. El autor supo plasmar a la perfección el nexo entre el municipio morracense y Vigo. Lo empleó a la perfección a través del barco que une ambas localidades o a través del puente de Rande y esa brisa que relaja a Leo Caldas cuando abre, tan solo unos milímetros, la ventana del vehículo que conduce su inseparable Rafael Estévez. Y, obviamente, tampoco puede faltar la gastronomía. El inspector destaca el restaurante Marusía, situado en la playa de O Con, y otro lugar imprescindible para Caldas es la taberna Eligio, situada en la Travesía da Aurora, muy cerca de Príncipe.
Nigrán, otro destino del universo Domingo Villar
La segunda novela de Domingo Villar, "La playa de los ahogados", libro que se llevó al cine, nos lleva de ruta por Nigrán. La aparición del cadáver del pescador Justo Castelo en A Madorra permitirán revisitar escenarios como el puerto de Panxón, Monteferro o el Templo Votivo del Mar.
Toralla, protagonista en "Ojos de auga"
Cuando hablamos de descubrir lugares, Domingo Villar nos lleva en la primera entrega de las novelas de Leo Caldas a Toralla, lugar donde aparece muerto en su vivienda un saxofonista. En esta primera novela también podemos degustar la gastronomía del Eligio o ir de marcha por la noche viguesa, donde Rafael Estévez tiene algún que otro encontronazo. No obstante, no avanzo más spoilers.