Al atardecer, con los colores propios del ocaso, los reflejos del río Miño se convierten en casi mágicos. Todos aquellos que han recorrido el paseo fluvial de Tui antes de que caiga la noche han sentido esa sensación de poder disfrutar de uno de esos lugares que te reconcilian con la naturaleza. Ahora, el Concello da un paso más por convertir este espacio en un lugar icónico al instalar un particular columpio-pérgola que promete convertirse en protagonista de más de una declaración de amor.
Primero fueron los bancos y ahora toca a los columpios. En un momento en el que cada localidad ha iniciado ya la competición por tener el más grande, más espectacular y con mayores vistas, Tui apuesta por la belleza de lo sencillo. Un elemento que se complementa con otros columpios que sí permiten vistas panorámicas en otras localidades. No es esta su función.
Aquí se busca un rincón recatado, recogido, pero en un entorno envidiable. En el Parque do Penedo, a orillas del Miño y con Portugal frente a nuestra mirada, se encuentra el columpio-pérgola de Tui.
Lo cierto es que ciudad miñota parece decidida a convertirse en la ciudad del amor gallega. En San Valentín ya “inundó” sus calles de mensajes románticos y puntos del amor que causaron furor en las redes sociales. Ahora, una de aquellos elementos, la característica pérgola de Tui, se ha trasladado así a orillas del Miño y se le ha instalado un rústico columpio desde el que contemplar el Miño.
En el entorno, para los que no lo conozcan, se encuentre el paseo fluvial de Tui, que recorre la orilla miñota flanqueado por el Casco Vello a su espalda. Si optas por recorrerlo, apenas son 1,5 kilómetros completo, te encontrarás a los pies del viejo puente internacional que une al municipio con Valença. Ahí, te encontrarás con otro punto único para el crepúsculo.
