El verano de 2020 será muy diferente. El Concello de Vigo ultima el operativo con el que espera convertirse en un “destino seguro” de referencia durante la época estival. La intención municipal es garantizar al máximo el distanciamiento social y la seguridad sanitaria para atraer veraneantes y, de forma paralela, evitar posibles brotes de coronavirus. La medida estrellaserá la parcelación de los dos arenales más grandes de la ciudad, Samil y O Vao, con cuadrículas de 64 metros cuadrados. Pero hay más.
Las tradicionales escenas de veraneantes disfrutando de una comida dominical en el pinar situado junto a la playa se quedarán en el pasado. El gobierno municipal procederá en los próximos días a la eliminación completa de las mesas que se ubican a lo largo de la zona verde aledaña al arenal. Las tradicionales escenas de familias reunidas para el almuerzo, o las partidas de cartas al atardecer no se producirán este verano en Samil. “En Samil no se come”, zanjó Caballero preguntado por los periodistas esta mañana. El Concello busca favorecer la rotación. Se trabaja con la previsión de que “casi la mitad de la playa rote cada día”.
También se pretende reducir las aglomeraciones. La zona verde está parcelada al igual que la playa, lo que implicará cuadrículas de 64 metros cuadrados con una capacidad para entre 6 y 8 personas -en función de si son convivientes o no-. Se rotulará con pintura roja biodegradable.
De forma paralela, la medida vendrá acompañada por la prohibición de celebrar comidas. El Concello no permitirá comer en Samil, aunque si se podrá realizar pequeños picnics de sándwich o snacks.
También habrá cambios en el paseo del principal arenal vigués. Este verano se establecerá un sistema direccional obligatorio con el que los bañistas y usuarios deberán siempre caminar por la parte derecha en el sentido de la marcha. Se espera que el paseo se rotule con indicaciones en los próximos días.
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