Más que un concierto. Mucho más. Miles de personas disfrutaron en la noche del Día de Galicia de una actuación espectacular en la que pasado y presente se fundieron en uno ante un Auditorio de Castrelos que presentó el ambiente de las grandes citas para bailar y cantar con un Miguel Bosé que ya es más que un amante bandido en Vigo.
Abel Caballero fue el encargado de presentar el evento. El alcalde de Vigo quiso felicitar el 25 de julio a un público que había agotado las entradas para el foso y que abarrotaba desde las 22:00 horas las gradas del anfiteatro de Castrelos. "Os hemos traído al mejor", clamaba el regidor. Y así fue. Miguel Bosé encandiló pronto a los suyos y sumó para la causa a aquellos que verano tras verano acuden al escenario por excelencia de la música viguesa para disfrutar de un concierto.
Uno de los artistas españoles (él nació en Panamá hace 61 años) comenzó la velada con "Sereno". Sólo era el comienzo de una noche inolvidable. Para todos. Para él y para las miles de personas que entonaban cada letra y bailaban con la coreografía de Bosé.
Con la mejor puesta en escena de un concierto de Vigo en Festas 2017, Bosé convirtió su recital en algo íntimo. Su recital traspasó lo musical. Pidió al público luchar por la paz, explicó el significado de su nuevo tema "Estaré", una canción dedicada a sus cuatro hijos, para los que quiere dejar el mundo que siempre ha soñado, "un mundo sin guerras, un mundo sin muros, un mundo con puentes", manifestaba ante un público que aclamaba a su ídolo.
Miguel Bosé, 40 años de música
Uno de los momentos de la noche llegó cuando Bosé repasó los primeros éxitos de su carrera. Llegó el momento de canciones como "Linda" o "Súper Supermán". El tiempo se detenía. No era ni 2017 ni 1977. Era mucho más.
El espectáculo se prolongó más allá de la una de la madrugada. Castrelos quería más. Miguel Bosé respondió a la energía de un público que estaba entregado. Lo hizo hasta con tres "bises". En el primero sonó "Amante bandido", el himno que anhelaba el entregado público vigués. La velada no podía terminar de otra forma. "Te amaré" puso a un espectáculo único, un show en el que Miguel Bosé acabó con la voz quebrada. No era la edad ni el paso del tiempo, sino la emoción de sentir que Vigo y su gente también lo ama a él.
El concierto de Miguel Bosé en Vigo de 1988
Al agotarse las entradas para el foso y ser festivo, Castrelos se abarrotó cuando quedaba todavía una hora para el comienzo del espectáculo. El público debatía sobre los temas que podría interpretar Miguel Bosé pocos minutos después. El propio artista nacido en Panamá manifestaba durante el recital que no tenía, hasta ayer, un recuerdo concreto de Castrelos. Sin embargo, muchos asistentes guardan un recuerdo especial del espectáculo que el cantante y compositor dio en el mismo escenario en 1988.
Aquel verano de hace casi 30 años, Miguel Bosé quedó impregnado de la entrega del público. Cuando llegó el bis, repitió prácticamente el concierto que había dado. "Cuando empezó no me caía bien, pero desde aquel día me gusta", comentaba un asistente a un grupo de amigos.
Ayer no repitió la actuación, pero sí se resistió a abandonar a un Auditorio de Castrelos ansioso de las canciones y el baile de un Miguel Bosé que, al igual que deberían ser las Cíes, es Patrimonio de la Humanidad.