Suecia ha hecho historia antes de pisar Rusia, la cita de la próxima Copa del Mundo. El primer paso para sellar el billete lo dio dejando en la cuneta a Holanda y ahora cierra su pase definitivo al Mundial apeando a otra histórica, a Italia, algo que no ocurría desde 1958.

El camino de Suecia al Mundial de Rusia 2018 se resume en dos ciudades: Amsterdam y Milan. En la capital holandesa sentenció al combinado neerlandés mientras que en Italia consiguió lo que parecía imposible, eliminar al equipo liderado por Buffon de un gran torneo internacional. Lo hizo con sus mejores armas. Supo anular a la azzurra y plantar un entramado defensivo infranqueable para los pupilos de Ventura.

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La tragedia era cuestión de tiempo. Pero con Italia nunca se sabe. Cualquier acción a balón parado, cualquier rebote en el área sueca podrían equilibrar la eliminatoria. Sin embargo, esa jugada, ese guiño constante del destino no llegó. El oficio vikingo venció. Tomaron Milan con las cualidades que, históricamente, se le presumen a la azzurra. Incluso el gol que desequilibró la balanza fue una jugada desafortunada, un disparo de Johansson que rebotó en De Rossi y traicionó la estirada de Buffon, una traición que le cuesta a uno de los mejores porteros de la historia no disputar su último Mundial con la Italia que dejó de ser omnipresente.

El céltico Guidetti tampoco disputó ningún minuto en este partido de vuelta de la repesca. Ahora afronta el reto de tener más protagonismo en el Celta para poder en la lista del combinado sueco que intentará seguir matando gigantes en Rusia el próximo año.